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miércoles, 28 de abril de 2010

Capitulo 25.



Frente a la pantalla del ordenador chateando con Sophie. Las cosas habían cambiado demasiado en Madrid había gente nueva. Nadie parecía haberse molestado por mi desaparición. También me dijo que Bob se había mudado que hacía bastante tiempo que ya no lo veía y que mi antigua casa estaba ocupada por unos borrachos que ponían la música atope. Esto último me hizo reír. El día había sido agotador, ya hacía más calor. Me sudaban las piernas. Esta última frase es un poco extraña, pero ¿cómo expresarlo de otro modo?. Últimamente me estaba dando igual todo, me quedaban dos semanas para cumplir dieciocho, estaba planeando hacer una puesta de largo pero aún estaba bastante indecisa. Melissa hoy había faltado al colegio y a mi chico de las Ray-Ban no lo había visto por ninguna parte. En el recreo fui a hablar con Catherine y contarle lo que estaba pasando pero no hubo manera. Esta chica me esta volviendo loca, la vi en el recreo con un bocadillo de esos súper grandes de chorizo que apestaban desde la esquina. Evidentemente el mío era mas grande pero yo era bastante más lista puesto que el mío era de nocilla. En la clase de después del recreo el profesor de francés nos dio una charla. Dijo nuestro grupo en general estaba empeorando bastante y que apenas nos quedaba un mes y medio para la prueba de selectividad, sentí que todo aquello lo estaba diciendo especialmente por mí.
Apagué el ordenador. Seguí recordando las cosas del día, como se me pasaban los días como mi pensamiento flotaba por las nubes como si mi vida no fuese real. Como si tan sólo todo fuese un sueño o mejor dicho una pesadilla.
Volví a pensar en que habrían hecho Melisa y Jonh aquella mañana, en por qué ambos habían faltado de clase.
Le conté a Samanta todo lo que estaba pasando entre mi hermana y Jonh y se quedó con la misma cara con la que me quedé yo cuando vi aquel beso entre Melisa y mi chico. Todo estaba siendo tan extraño y a Jonh no lo quiero volver a ver en la vida. Me da tanto coraje que la gilipoyas de mi hermana no me quiera escuchar, encima de que trato de que un tío no le parta el corazón y que tenga más motivos para llorar. Dios mío que desconfianza y pasotismo puede llegar a tener la gente.

Me levanté de la silla. Abrí la mochila, me quité la falda, me quede con el polo y los culotes rosa fusia. Me miré frente al espejo, los culotes parecía que se iban a romper. El chocolate estaba afectando pero a mí me daba igual, me gustaba estar así gordita. Nunca me habían preocupado esas cosas. Me volví a sentar. Me hice un moño y saqué los libros de filosofía, mañana tenía examen y tenía que aprobar sea como sea.

Era la primera vez en todo el curso que abría el libro y leía aquel tema. No tenía ni idea. La tarde se estaba haciendo lenta y en calor insoportable.
Autobuses, coches, motos, personas, semáforos en rojo, madres apuradas porque llegaban tarde a algún sitio. La ventana tenía unas vistas realmente expectantes. Me gustaba.
Me quedé embobada.
Me espabilé y volví a meterme en mis estudios.

La tarde pasó así, nada interesante. Nada nuevo, nada que perezca la pena saber realmente. Solo que mañana iba a copiar seguramente, después de todo era la mejor solución diga lo que diga la gente.

La puerta de casa se abrió llegaron mamá y Catherine de hacer la compra. Las dos dejaron todas las bolsas en el suelo y se secaron el sudor que les caía de la frente, yo hice lo mismo y bajé a ayudarlas.

Mamá sonreía, Catherine también. Qué coño habrían hablado que yo nunca me enteraba de nada.
Colocamos todas las cosas en su sitio, nos reímos un rato. Luego me llamo Samanta para ver que tal llevaba el examen, yo le dije que había estudiado más o menos. Lo que era mentira ya que simplemente me lo había leído y cinco temas no te los estudias sólo leyéndotelos.

Volvía a asomarme por la ventana de mi habitación. Volvía a estar Jonh besándose con Melisa, baje otra vez al salón y cogí a Catherine de un brazo. Abrí la puerta.

-¡Ahí tienes!

Ella me miró perpleja, no había nada. Tenía razón.

Volví a creer que estaba loca.

Me di un manotazo en la frente y cerré la puerta.

-Mamá, ¿tengo fiebre?

Mi madre se acercó me tocó con la mano la frente.

-No, estas sudando.

-Hombre, eso ya lo sé.

-¿Cómo llevas el examen?

-Bien, bastante bien.

-Me alegro cariño.

Me dio un beso en la mejilla y volvió a hacer sus cosas. Yo subí las escaleras algo atontada y entré en mi habitación.

Yo juraría que él estaba ahí con ella. Yo nunca he tenido una alucinación.
¡Dios mío! ¿Y si me estoy volviendo loca?

Y los volví a ver. Estaban abrazados. Él sin que ella se diese cuenta me miró, y me sacó la lengua.

5 comentarios:

  1. ooh
    me encanta no puedo dejar de leerlos xD
    enserio, son adictivos
    buenísimo lo de me suda las piernas xD
    jajajaj odio el verano

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  2. Hey, yo tambien escribo una historia, te sigo.
    Espero que te pases por http://katiemooreslife.blogspot.com y te gusteeeeeeeeee :D
    unbeso

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  3. eii te ha quitado el tuenti o que? te vas a hecer uno nuevo o vas a seguir escribendo aqui?

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  4. :O
    me los e leido todos de un tirón!
    sigue escribiendoo!
    un beso!

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  5. hola me he leido tu historia y me encanta, acabo de empezar a escribir una historia llamada summer time, espero que te guste, por cierto te sigo!
    un besazp! :D

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