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sábado, 10 de abril de 2010

Capitulo 9



Aquella misma tarde fui a la tienda de la esquina de casa a cogerle el dobladillo a la falda. La verdad, me costó bastante convencer a mamá pero lo conseguí. Deje la falda a la dependienta y quedé en volver dentro de tres horas.

Nicole llevaba un peto vaquero y unas converse rojas, el pelo recogido en una coleta y la cara ligeramente maquillada, se marchó de aquella pequeña tienda y se dirigió al supermercado. Cogió un paquete de galletas de chocolate y se dirigió hacia su casa.
Iba tarareando la letra de una canción de los "Beatles", un chico castaño con el pelo largo y unas "Ray-Ban" se chocó con Nicole, parecía que lo había hecho a posta pero al parecer no.

-¡Qué haces!- gritó Nicole sin mirarlo siquiera
-Lo siento.

Nicole se había puesto roja, aquel chico que ella desconocía por completo se levantó las gafas y le guiñó en ojo, Nicole lo esquivó .
-¡Estúpido!.
-Como tú ¿no?. ¿Eres nueva verdad?

Ni siquiera le conteste que panda de inmaduros había en aquella ciudad todo era tan diferente a Madrid, como extrañaba a Sophie aquella chica dulce con la que tantos buenos ratos había pasado.
Del que no me había acordado ni si quiera había sido de aquel hombre alto, fuerte de ojos verdes y canoso que era mi padre. ¡Un cretino cincuentón!

Un ataque de rabia se apoderó de Nicole, abrió las galletas que había comprado para su hermana y se las comió todas una a una sin apenas masticarlas. Rompiendo así su propósito de comenzar de nuevo su dieta aquel Lunes.

"A la porra la dieta" Odio Barcelona, odio mi nueva vida.

Volví a la tienda a recoger la falda y luego entre de nuevo en casa. No había nadie. Fui a mi habitación encendí la luz y me puse a estudiar para el examen de matemáticas.
Mamá entró con Catherine en casa. Catherine llevaba el uniforme y mamá llevaba su larga melena castaña recogida en una cola, una falda por los tobillos y una blusa muy juvenil.

-Nico cariño ya estamos aquí.
-¿Qué habéis hecho toda la tarde?
-Pues hemos ido a hacer la compra, a propósito ¿me has comprado mis galletas de chocolate?.
-Sí, pero como no venías me las he comido.
-¡Ahh! Génial hermana. ¡Qué te quiero!
- Si, yo también mucho no ¡muchísimo!

Mamá puso fin a aquella conversación y se puso a preparar la cena.

En una pequeña mesa estaban las tres cenando como unas muertas de hambre.

¡Génial! La dieta se va a ir a la mierda.

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