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miércoles, 28 de abril de 2010

Capitulo 25.



Frente a la pantalla del ordenador chateando con Sophie. Las cosas habían cambiado demasiado en Madrid había gente nueva. Nadie parecía haberse molestado por mi desaparición. También me dijo que Bob se había mudado que hacía bastante tiempo que ya no lo veía y que mi antigua casa estaba ocupada por unos borrachos que ponían la música atope. Esto último me hizo reír. El día había sido agotador, ya hacía más calor. Me sudaban las piernas. Esta última frase es un poco extraña, pero ¿cómo expresarlo de otro modo?. Últimamente me estaba dando igual todo, me quedaban dos semanas para cumplir dieciocho, estaba planeando hacer una puesta de largo pero aún estaba bastante indecisa. Melissa hoy había faltado al colegio y a mi chico de las Ray-Ban no lo había visto por ninguna parte. En el recreo fui a hablar con Catherine y contarle lo que estaba pasando pero no hubo manera. Esta chica me esta volviendo loca, la vi en el recreo con un bocadillo de esos súper grandes de chorizo que apestaban desde la esquina. Evidentemente el mío era mas grande pero yo era bastante más lista puesto que el mío era de nocilla. En la clase de después del recreo el profesor de francés nos dio una charla. Dijo nuestro grupo en general estaba empeorando bastante y que apenas nos quedaba un mes y medio para la prueba de selectividad, sentí que todo aquello lo estaba diciendo especialmente por mí.
Apagué el ordenador. Seguí recordando las cosas del día, como se me pasaban los días como mi pensamiento flotaba por las nubes como si mi vida no fuese real. Como si tan sólo todo fuese un sueño o mejor dicho una pesadilla.
Volví a pensar en que habrían hecho Melisa y Jonh aquella mañana, en por qué ambos habían faltado de clase.
Le conté a Samanta todo lo que estaba pasando entre mi hermana y Jonh y se quedó con la misma cara con la que me quedé yo cuando vi aquel beso entre Melisa y mi chico. Todo estaba siendo tan extraño y a Jonh no lo quiero volver a ver en la vida. Me da tanto coraje que la gilipoyas de mi hermana no me quiera escuchar, encima de que trato de que un tío no le parta el corazón y que tenga más motivos para llorar. Dios mío que desconfianza y pasotismo puede llegar a tener la gente.

Me levanté de la silla. Abrí la mochila, me quité la falda, me quede con el polo y los culotes rosa fusia. Me miré frente al espejo, los culotes parecía que se iban a romper. El chocolate estaba afectando pero a mí me daba igual, me gustaba estar así gordita. Nunca me habían preocupado esas cosas. Me volví a sentar. Me hice un moño y saqué los libros de filosofía, mañana tenía examen y tenía que aprobar sea como sea.

Era la primera vez en todo el curso que abría el libro y leía aquel tema. No tenía ni idea. La tarde se estaba haciendo lenta y en calor insoportable.
Autobuses, coches, motos, personas, semáforos en rojo, madres apuradas porque llegaban tarde a algún sitio. La ventana tenía unas vistas realmente expectantes. Me gustaba.
Me quedé embobada.
Me espabilé y volví a meterme en mis estudios.

La tarde pasó así, nada interesante. Nada nuevo, nada que perezca la pena saber realmente. Solo que mañana iba a copiar seguramente, después de todo era la mejor solución diga lo que diga la gente.

La puerta de casa se abrió llegaron mamá y Catherine de hacer la compra. Las dos dejaron todas las bolsas en el suelo y se secaron el sudor que les caía de la frente, yo hice lo mismo y bajé a ayudarlas.

Mamá sonreía, Catherine también. Qué coño habrían hablado que yo nunca me enteraba de nada.
Colocamos todas las cosas en su sitio, nos reímos un rato. Luego me llamo Samanta para ver que tal llevaba el examen, yo le dije que había estudiado más o menos. Lo que era mentira ya que simplemente me lo había leído y cinco temas no te los estudias sólo leyéndotelos.

Volvía a asomarme por la ventana de mi habitación. Volvía a estar Jonh besándose con Melisa, baje otra vez al salón y cogí a Catherine de un brazo. Abrí la puerta.

-¡Ahí tienes!

Ella me miró perpleja, no había nada. Tenía razón.

Volví a creer que estaba loca.

Me di un manotazo en la frente y cerré la puerta.

-Mamá, ¿tengo fiebre?

Mi madre se acercó me tocó con la mano la frente.

-No, estas sudando.

-Hombre, eso ya lo sé.

-¿Cómo llevas el examen?

-Bien, bastante bien.

-Me alegro cariño.

Me dio un beso en la mejilla y volvió a hacer sus cosas. Yo subí las escaleras algo atontada y entré en mi habitación.

Yo juraría que él estaba ahí con ella. Yo nunca he tenido una alucinación.
¡Dios mío! ¿Y si me estoy volviendo loca?

Y los volví a ver. Estaban abrazados. Él sin que ella se diese cuenta me miró, y me sacó la lengua.

martes, 27 de abril de 2010

Capitulo 24.



Me di un tortazo contra la frente. No podía parar de reírme. Los vecinos seguramente estarían pensando que los de la casa de al lado estaban locos porque mi risa no era normal. Me quite la ropa y me metí en la ducha. Conecte el ipod a los altavoces y comenzó a sonar"Battlefield de Jordin Sparks". Subí el volumen era una de mis canciones favoritas. Cerré la puerta del baño con pestillo. Me lave el pelo, estaba tarareando la letra de aquella canción mientras el agua fría caía sobre mi cabeza. Nunca me había gustado el agua caliente, es cierto que en invierno a veces apetece. Pero la verdad siempre he sido de cosas frías, como el Cola-Cao todo fresquito. Me até la toalla a la cabeza y me puse el albornoz. Apargué la música y volví a mi habitación. Cogí el pijama de debajo de la almohada y me lo puse. Esta hecho una bola, como toda mi ropa.
Catherine estaba en su cuarto encerrada haciendo deberes y mamá estaba viendo la tele, tirada en el sofá. Baje las escaleras bastante deprisa y me tiré en el hueco del sofá justo al lado de mi madre.
-Cariño
-Mamí, ¿que estas viendo?
-¿Qué crees?
-La mítica serie "Sexo en Nueva York"
-Acertaste de pleno.
-Pero joder mamá son capítulos repetidos.
-Pero yo estos no los he visto.
-Pues yo sí, los vi con papá.

De repente nos quedamos las dos mirándonos, con ganas de llorar. Pero aguantamos, ni una sola lágrima cayo de ningún ojo. Nos apartamos la mirada y comenzamos a ver la televisión.En silencio.
Mi madre siempre estaba viendo aquella serie. Tenía que reconocer que no estaba nada mal pero verla diez veces ya rayaba un poco. No entendía el silencio que se produjo cuando nombré a papá ¿nunca lo voy a podré volver a nombrar?. Otra de mis preguntas permaneció en mi cabeza esperando una coherente respuesta. Debíamos de ser maduras.
La serie acabo, algo intrigante pero como yo ya había visto el capítulo siguiente pues conocía perfectamente todos los detalles de como iba a continuar.
Mamá se levantó de golpe y se fue a la cocina a hacer la cena. Yo cogí en mando sin dudarlo ni una sola vez y puse "Hannah Montana". No, no tengo ocho años tengo diecisiete apunto de cumplir dieciocho pero aquella chica me fascina, la serie me flipa aunque me parece algo falsa.

-¡Chicas ya esta la cena!-gritó mamá mientras ponía la mesa.

Apagué la televisión corriendo y fui a la cocina me senté en mi silla de siempre. Catherine bajó vio las hamburguesas y dirigió a mamá un gesto de odio.
-Yo mejor me como una manzana.
-Claro y también una hamburguesa
-No. Enserio no tengo hambre
-Tu hambre me da igual te la comes y ya esta.

Se sentó. La partió en trocitos y se la comió. Esta vez si que lo hizo de verdad y no con demasiado odio, le tendría que sentar estupendamente.
Yo cogí pan y le eché "Kétchup" a la hamburguesa imitando a mi madre. Luego me volví a reír al recordar aquel beso entre Melisa y mi chico.
Catherine se levantó, fui tras ella.
-Niña eres gilipoyas o ¿qué?
-¿Y tú?
-Yo no hago que mamá se enfadé yo soy coherente y tengo personalidad.

Se quedo mirándome luego no me contestó. Volví a la cocina a recoger mi plato y limpiarme la boca.
No entendía por qué hacía todo aquello, por qué se comportaba últimamente de aquella manera tan fría con todo el mundo. Más preguntas que esperan solución.

-No te preocupes ya se le pasará.
-Si- le respondí a mamá
-Hoy me ha contado que estaba saliendo con un chico.
-¿Te ha dicho el nombre?
-Si, ahora mismo no lo recuerdo empezaba por “J”. ¡Ah ya!
-Dime
-Se llama Jonh
-Un chico moreno que siempre lleva unas gafas Ray-Ban-continué.
-Volviste a aceptar de pleno Nicole.
-No mamá pero seguro que estaba bromeando con ese ella no puede estar saliendo.
-Me dijo también que era de tu curso ¿no?
-Si, si . ¿Pero seguro que no se ha quedado contigo?
-Qué no.

Enserio me iban a volver loca. Yo no estoy loca. Yo soy una persona coherente que piensa que no confunde personas, que no tiene visiones. El la última revisión de oculista me había dicho que tenía vista de lince así que yo vi con mis propios ojos como el chico de las “Ray-Ban” también llamado por su nombre verdadero Jonh besó a Melissa con su boca, sus labios se pegaron. Parecían enamorados. Él no podía estar saliendo con dos a la vez y menos si la otra era mi hermana.

Aquella noche no pude dormir. Pero en la agenda del colegio de mi hermana había un corazón “Te quiero Jonh”.

lunes, 26 de abril de 2010

Capitulo 23



Abrí el paquete de galletas. Me las comí todas. Una tras otra, pensando en por qué mi hermana estaba así, por qué mi madre no pensaba un poco más, por qué aquel chico me había besado. Mis preocupaciones no me dejaban apenas vivir por eso decidí comer.

Volví a mi habitación sin pensar en nada. Contando los escalones. Nunca me había fijado de que en las escaleras de mi casa había dieciséis escalones. Abrí con fuerza la puerta de mi habitación y me tiré en la cama. Me quedé dormida. Perdí la noción del tiempo, me sumergí en un bonito y profundo sueño. Allí donde no me importa lo que esté pasando en este momento sin miedos, sin preocupaciones sin nada.
El móvil comenzó a sonar.
-¿Si?-pregunte algo dormida aún
-Nicole ¿a qué hora piensas llegar?
Miré el reloj las nueve. Lo había olvidado por completo.
-Lo siento. Voy.
Pulsé el botón rojo de mi nuevo nokia, lo bloqueé y me lo metí en el bolsillo.
Abrí la puerta, bajé las escaleras esta vez sin contarlas. No tenía tiempo.
-Adiós me voy
Nadie me respondió aún así yo cogí las llaves de casa y cerré la puerta con un portazo de esos que tanto mamá odia. Yo qué se que estarían haciendo las dos en aquel momento que ninguna me respondió, no hizo ni el más mínimo ruido.
Fui andando me convenía moverme un poco después del atracón de galletas. Algo muy normal en mí. Todo lo que le falta a Catherine me sobra a mí. Pensé mientras caminada. Me volví a poner melodramática, decidí olvidar aquello que había pensado y comencé a mirar a mi alrededor. Mujeres paseando a sus bebés, dos o tres enamorados besándose o andando de la mano por la calle. A lo lejos "Heladería Farineli-Nuevos sabores" , me di una pequeña carrera y llegué ahí estaba Samanta algo nerviosa con dos o tres tarrinas de helado ya acabadas, dándole golpecitos a la mesa con la camiseta manchada de fresa.
-¿Estaban buenos los helados de fresa?
-¡Capulla! Podrías ser un poquito más puntual
-Lo siento de verdad. Me he quedado dormida.
-Jaja anda.

Saqué la silla enfrente de ella y me senté. Llamé al camarero con una mueca. Un chico bastante joven, rubio de ojos marrones. No muy guapo según mi criterio.
-Tres bolas de chocolate
-Enseguida señorita.

-¿Y bien qué era eso que me tenías que contar?-dijo Samanta algo impaciente e intrigada.

Le conté tondo lo del chico de las Ray-ban desde el principio hasta el fina. Samanta se partió de la risa.

-¿Se puede saber que te hace tanta gracia?
-Nada, nada..
-Dímelo
-Enserio que no es nada.

Llegó el mismo camarero con mi helado, me lo dejó sobre la mesa.

Cogí la cucharilla y comencé a comérmelo. Estaba muy bueno, pero no tanto como las galletas. Samanta comenzó a mirarme celosa.

-¿Qué te doy envidia?
-No, el mío era más grande
-Jaja Idiota

Me lo acabé rapidísima y volví a llamar al camarero.
-La cuenta por favor

Se fue y volvió con un ticket.

-Es caro ¿eh?-le dije bromeando
-Bueno si quieres te puedo hacer un descuentillo
-¿Enserio?
-Bueno mejor te regalo el helado.
-¿Bromeas no?
-No
-Muchas gracias de verdad
-De nada señorita.

Hizo una pequeña reverencia yo me comencé a reir sin poder aguantarme y Samanta a mi lado estaba casi llorando ya de la risa.
El camarero nos volvió a echar una miradilla, le sonreímos y nos marchamos felices.

-Ves soy tan guapa que hasta me regalan helados
-Ya, eso es por que me han visto a mí.
-Si, si claro

Samanta me metió un empujón , me tiro al césped. Se tiró encima mía. Parecíamos dos niñas pequeñas que peleándose por su barbie. Dimos vueltas y vueltas. Luego nos tendimos una al lado de la otra a pensar.
Samanta me caía bien ¿Qué digo bien? Casi me había olvidado ya de Sophie.

Me despedí de ella. Me levanté me sacudí la falda y me volví andando.

Aquel mercedes rojo. Aquella falta por los tobillos, ese polo apretado. ¡Melissa!
Casi me desmayo al ver lo que estaba viendo. Era ella, ella. Besándose con el chico de las Ray-ban, con mi chico de las Ray.ban. No sé porque pero me molestaba.
Me quede un rato perplejo embobada mirando como continuaba aquel beso.
Me tape la boca, los ojos. Me eche a reír. Tenía ganas de llorar.

viernes, 23 de abril de 2010

Capitulo 22.



-¿Has visto su cara? Bien hecho Nicole
-Nicole eres lo más.
-Nicoo eres una crack

Chicas, chicas que no conocía chicas populares. Entupidas ricas que se copian unas de las otras típicas chicas que no tienen personalidad aún y que probablemente no la van a tener nunca. Me admiraban. Me admiraba todo el colegio y lo único que había hecho es meterle una torta en la cara a un chico que se lo merecía. Porque a mí no me besa cualquiera.
Me molestaban. Me abrí paso entre cientos de chicas, ignorándolas por completo y me fui a paso rápido dirección a mi casa.
Aquel día no había ido en moto porque me había despertado con tiempo y el sol relucía.
Me daba bastante pena Melisa a la pobre no le había dirigido hoy la palabra en todo el día y además la estaba dejando un poco de lado. Pero la verdad esa niña tampoco es muy sociable que digamos. Prefiero que el tiempo marque el camino.

Llegué a casa hambrienta, estaba él. Esperándome con los brazos cruzados. Las Ray-Ban algo caídas y ya no tenía la cara de bobo.

-¿Y bien? Dígame usted que desea- dije riéndome.
-Mi colega Mike da una gran fiesta el miércoles por la noche. Samanta y tú tenéis que venir.
-No te ha sido suficiente con una torta ¿quieres mas?
-No gracias en este momento no me apetecen. Y se dice gracias.
-Ah claro muchísimas gracias. Pero lo siento no voy a ir.
-Eso lo dices siempre adivino, ya tienes planes ¿no?

Enciende un cigarro se apoya en su Harley. Se le ven los calzoncillos de Calvin Klein.

-Si, ahora déjame pasar
-Y si no lo hago ¿qué?
-Grito
-Jaja venga, pues ya puedes hacerlo.
-Eres un cretino.
-Ya lo sé. Me lo has repetido como 200 veces
-Creo que te apetece otra torta
-Si, es que se me esta enfriando la cara.
-Cerdo

Se mordió los labios. Sus dientes blancos relucían. Se comenzó a reir. Se subió en su Harle y se marcho.
Catherine llegaba a lo lejos, la espere fuera.

-Me he enterado de lo de la torta.
-Se la merecía.
-Ese chico esta coladito por ti.
-Pues mal que lo lleva.
-¿No te da pena?
-¿Pena? ¿Tú bromeas no?
-No te lo digo enserio al pobre lo has dejado ahí solo con la cara roja.
-Pues a mí no me da ninguna pena, es más se lo merecía.
-Jaja Eres muy mala.
-Te aseguro que no tanto como tú.
-¿Y eso?
-Tu hazme caso.
-¿Oye pasamos ya?

No le contesté me limité a reírme de ella. Cogí las llaves del bolsillo pequeño de mi mochila y abrí la puerta. Mamá estaba haciendo la comida. Ahora la notaba sola, no se si realmente debería haber cortado con Francis porque hay que saber compaginar las dos cosas; el amor con cuidar de tus hijas.

Comimos un plato extraño de mamá las cosas raras que hace. En la comida tuvimos otra vez el mismo dilema de siempre. Nuevamente Catherine no se quería comer la comida pero mamá le obligó. Se que ella no se la comió la vi escupir en un baso oscuro y luego tirarlo a la basura. Soy lo suficientemente astuta para que mi hermana pequeña me intente engañar. Sé que con mi madre es muy fácil porque casi nunca se da cuenta de lo que hacemos nosotras pero conmigo era distinto. Aunque preferí callarme en aquel momento.

No es que entendiera de todo perfectamente pero sé que la mayoría de las chicas que empiezan adelgazando acaban muy mal y también se que hablar con ella va a ser inútil.

"Piensas que no eres tú cuesta admitirlo pero te ves gorda. Vas intentando poco a poco adelgazar te pones un peso, luego otro aún mas bajo. Te vez capaz. Sientes tu cuerpo bajo control. Pero no te das cuenta de que ya no eres tú, que ves pasar la vida pero no puedes disfrutarla. Lo que empieza con una dieta acaba con un problema gordo. Pero ¿tú? ahora no puedes pensar . Ahora realmente no sabes lo que estas haciendo. Estas harta de mantenerte de mirar a otras chicas comer y ser mucho mas delgadas que tu. Intentas comer con gente, que te vean. Pero te estas engañando a ti mismo. Y no tienes personalidad. Ya no eres nadie. Acéptate. Date cuenta. No vale la pena, esto no es lo guay".

Mis pensamientos no eran tonterías hablaba ya de un problema de anorexia que afecta a millones de jóvenes y que yo tenía a una hermana que podía caer en ella.

El teléfono sonó. Era Samanta.
-Hola soy Samanta está Nicole.
-Jaja Hola Saman, soy yo.
-Nico anda dime los deberes de lengua que no los tengo apuntados.
-¿Y tu te crees que yo apunto los deberes de algo?
-Anda que buena amiga me he echado.
-Jaja la moda es pasar de todo.
-Y también pegar tortas ¿no?
-¡Que pesadez dios mío! Te tengo que contar algo.
-Cuenta.
-No por teléfono no me gusta
-Pues entonces a las ocho en la heladería Farineli y no acepto no.

Samanta colgó el teléfono.

Capitulo 21.



El despertador empezó a sonar y no paraba por más que le diera golpecitos no paraba. Terminé por quitarle las pilas y tirarlo al suelo. El despertador se partió en mil trocitos que un poco más tarde tuve que recoger.
-¡Buenos días!- Grité bajando las escaleras no sé, estaba feliz.
Algo bastante raro en mí últimamente y además por la mañana, justo antes de ir al colegio.
-No lo puedo creer Nicole, te has despertado a tu hora.
-Jaja Ya ves hermanita la magia del despertador.
Si ella supiera que me he cargado el despertador que me regaló, no me lo diría tan sonriente.
-Ha sido un regalo útil
-Si, mucho.
-Y seguramente te durará muchos años.
-Claro.
Aquella última palabra me costó bastante trabajito que saliera de mi boca, ya que el despertador no me había durado ni una semana.
Catherine estaba desayunando sin ningún problema. Un tazón de cereales con cola-cao, me preparé uno igual y me senté a su lado.
Las dos comíamos y no surgió ninguna conversación más entre nosotras.
Subí a mi habitación ya no tan alegre al pensar que a primera hora tendría al pesado del profesor de matemáticas que tan mal me lo hacía pasar siempre.
Por otra parte mi cabeza también estaba ocupada por ver a Catherine comer sin ninguna queja y además que mamá no estaba delante.
El uniforme aquella mañana estaba arrugado y el jersey hecho una bola debajo de la almohada. Me acordé de que anoche me lo metí debajo para que la almohada estuviera mas dura y pudiese dormir mejor. Una de mis ideas magnificas.
Me lo puse a toda velocidad y me colgué la mochila.
Mamá no estaba en su habitación, ni tampoco por ningún lugar de la casa. Supongo que habrá cambiado de horario en el trabajo, cuando llegue se lo preguntaré.

El colegio estaba especialmente lleno, unas americanas habían venido de intercambio, todas eran exactamente igualitas. Rubias un poco regordetas y con los ojos azules o verdes.
Samanta me agarró por la espalda.

-¿Qué tal?
-Bien ¿tu?
-Bien
-¿Has visto a las americanas?
-Si, vienen todos los años. El año pasado me hice amiga de una que estudiaba en New York.
-Que guay. Cuando acaben las clases nos acercamos a ver.
-De acuerdo- dijo con un sonrisa en la boca.

Llego el capullo de mi profesor, perdonar por el vocabulario pero es que la persona lo exige. A él no se le puede llamar de otra forma, "capullo" lo define especialmente bien.
Mi rutina era la misma, no había estudiado al igual que tampoco había hecho los deberes. Iba chunga hacia la selectividad.

Hay estaba, el chico de las Ray- Ban, aunque ya se su nombre llamémoslo así mejor. Estaba entablando una conversación con una de las americanas. Se oía su fatal pronunciación y la pobre chica estaba intentando entenderlo aunque no lo consiguió.
Él se comenzó a dirigir a mí.
-Ayer te vi en el cine
-¿Enserio? ¿Crees que soy tonta no?
-Jaja No lo creo. Lo tengo seguro.

Se abalanzó sobre mi me dio un beso. Un beso de película como los que se daba mi madre. Parezco estúpida pensando estas cosas en mitad de un beso. ¿Pero que hace?¿Por qué me besa?

Es otro capullo, imbécil insensible. Le gustan todas. Por lo que me había contado Samanta él se había liado con ella y con otra a la vez. No, no me apetecía salir con un guarro.

El continuo agarrándome besándome, tan fuerte como podía y no tenía ninguna intención de quitarse de encima.

-¿Qué haces?
- Es que no lo ves.

Vi a Samanta salir de clase venía hacía mi. Se detuvo en seco y se quedo mirándome.

Salí corriendo del chico de las Ray-Ban y fui hacia Samanta.

-Tía que se ha tirado encima mía
-Como hace con todas
-No se te ocurra seguirle el royo.
-No claro que no lo haré.

Lo observé estaba solo todavía embobado , parecía aún mas tonto de lo que ya lo era.

-Espera Samanta se me olvida algo.
Corrí otra vez hacía él.
Le metí una torta en la cara, enseguida de espabiló.

-¿Qué haces?
-Es que no lo ves.

Me volví hacia Samanta riéndome sin parar.

jueves, 22 de abril de 2010

Capitulo 20.


-Buena tarde.
-Si señor ¿la repetimos?
-Obviamente
-Jaja Of course-dije imitandola.

Ella se limito a reirse.

-Te veo mañana
-Adiós.

Le hice un gesto con la mano y me fui yo también. Mi cabeza no tenía ganas de volver a preocuparse, de volver a ver a mi madre. En efecto, yo la quería y mucho. Pero lo que acababa de hacer no sé me resulto tan extraño. Últimamente estaba pasando demasiado de nosotras y quizás eso no era lo mejor en estos momentos. A mí tal vez me da un poco más de igual , dentro de dos meses cumpliré dieciocho y ya sé mas o menos cuidar de mi misma, sin embargo a Catherine la veo todavía tan sensible,indefensa.

Le quité el candado a la Vespa, me puse el casco y arranqué.
Tenía aún más frio que antes, esta vez no tenía ganas de sentirlo al igual que no tenía ganas de llegar a casa, de tener que enfrentarme a mi madre de una vez
Llegué. Deje la Vespa junto al BMW de mi madre. Y saqué las llaves.
Desde fuera, una conversación a gritos llegaba a mis oídos. Me quede con los oídos pegados a la puerta intentado escucharla mejor y con más detalles.

-¡He dicho que te comas la tortilla!
-Ya me he tomado un trozo
-Te has tomado una miguita. Te tomas lo que te he puesto en el plato y sin rechistar.
-No me lo voy a comer. Mamá tú no lo entiendes, al igual que no entiendes nada.

Oí los pasos de Catherine subiendo por las escaleras. ¿Por qué mamá no se hacía la dura? Se me quitaron las ganas de hablar de lo que sucedió el dia anterior. Quizás mamá ya haya recapacitado ella solita y no necesita que su hija le de una bronca.

Abrií la puerta. Mamá estaba sola en la cocina llorando y supongo que Catherine hacia lo mismo en su habitacion. Me sente en el banco de al lado de mi madre dispuesta a entablar una conversación seria. Mis consejos quizás le podrían ser bastante útiles. Después de todo yo entendía mejor a Catherine que ella misma.

Me abrazó.
-Lo siento.
-No tienes de que preocuparte.
-He roto con Francis
-¿Qué has hecho qué?- le dije bastante asombrada.
-Por culpa de él por poco pierdo a una hija.

Permanecimos las dos un rato en silencio, yo la verdad bastante asombrada de lo que me acababa de decir. Una lágrima cayó por su mejilla y llegó hasta mi hombro donde estaba apoyada.

-¿Sabes lo que le pasa a Catherine?-me pregunto, llorando aún más.
-No la verdad es que no. Mamá tienes que ponerle más fuerza. Lo que le pueda pasar,quizás sea una de esas tonterías de verse gorda o que la vean gorda. Algo de esas personas que carecen de personalidas, que no son lo suficientemente fuertes para afrontar las realidades y sobre todo pensar antes de actuar.
-Entonces que insinuas, que puede llegar a más como yo no ponga los medios.
-Claro mama, claro.
-Ya pero ¿como?
-Tú puedes, tienes autoridad sobre ella. Piensalo.

Me fui. Subí las escaleras y me senté en la cama. No cerré la puerta confiando en ver pornto lo que sucedería.

-Catherine baja aquí ahora mismo.- Dijo mamá gritando

Catherine bajo con desgas las escaleras algo enfadada pero sin ninguna seña de a ver llorado.

Mamá le dio el plato con un trozo de tortilla y una manzana.

-Eso te lo comes. Y si no quieres te pasas toda la noche ahí y no sales más. Nunca más-

-Pero mamá.
- No hay peros.

Mamá en aquella ocasión estaba mostrando un tono duro, de una mujer fuerte que lucha por que sus hijas salgan adelante. Vi a Catherine comerse la tortilla y la manzana luego irse a su habitación y meterse en la cama.

Baje corriendo.

-¿Ves? Tu podías.
-Gracias cariño.

Mamá me dio un beso y me volvi a ir a mi habitación , me puse el pijama y me metí entre las sábanas.
Todo parececía estar teniendo solución.

martes, 20 de abril de 2010

Capitulo 19




Como de costumbre llegaba diez minutos tarde. Bajé de la Vespa y fui corriendo a buscar a Samanta.
Pelo castaño largo,liso,recogido en una coleta alta. Chaqueta negra,camiseta de rayas, falda baquera. Algo corta,me gustaba. Enseñaba sus largas finas y perfectas piernas.

-¡Holaaa!
-Hola
-Perdón por el retraso.
-¿Perdón? ¡Jaja! No te perdono. He elegido la película.

Me quede parada, mirandola. Aquella conversacion me recordaba a la que tuve con Sophie algunos días antes de mudarme a Barcelona, por un momento me la imaginé a ella allí frente a mi, soriendo contandome su vida. Tristes recuerdos, la vida cambia. Ahora ya no estaba ella si no otra persona muy distinta "Samanta".

-Llamando a Planeta Tiera, Nicole aterriza
-Ehh Ah.. ¿qué?- dije como volviendo ensi.
-Te has quedado mirando al infinito
-Ah perdona, estaba pensando.
-Jaja ¿pensado? Anda vamos que llegamos tarde a a peli
-Vale- dije mientras la seguía.
-Por cierto vas muy guapa, Samanta.
-Gracias, tu también vas muy mona.
-Jaja no tanto como tu
-Qué tonta eres. ¿Palomitas?
-¿Bromeas? ¡Por supuesto!
-Jaja. No lo dudaba.

Entraron en la sala catorce. Las dos entre risas y bromas absurdas.

¡Mierda! Había olvidado por completo la exsistencia de Melissa, la pobre siempre me había intentado ayudar, después de todo la culpa de ser tan rarita no la tiene ella, eso vendrá de familia. No me estaba enterando de nada de la película, como de costumbre, prefería leer aunque la verdad Samanta me estaba cayendo mejor de lo que yo misma imaginaba.

Justo en la fila de detrás un chico moreno ocultando sus ojos con unas caras Ray-Ban me sacó la lenguan, ¿me estaba siguiendo?¿O me lo tenía que encontrar en todas partes?

-¿Te molesta el cretino se Jonh?
-Eso mismo pensaba yo de él CRETINO.
-¿Lo conoces?
-Ps..digamos que sí. Aunque no ha sido un gran experiencia, prefiero no recordarlo.
-Él otro día te estuvo mirando a la salida. Creo que le gustas.
-¿Gustarle a ese..a ese..?- dije sin que me saliera la palabra.
-No entiendo,¿qué te ha hecho?
-Nada bueno. Robarme el bolso, quitarme mi taxi, dejarme abandonada en medio de la nada en mitad de la noche. Vamos nada así importante.
-¿Enserio? No sabía que su coeficiente llegara a tanto.
-jaja Muy bueno.
-Pensarás vengarte ¿no?
-Vengarme, no no lo había pensado.
-Anda! Te ayudo después de todo también él es amigo de Jake.
-Jaja ¡Estupendo! Se van a esterar estos dos.
-Por cierto ayer me llamó Jake pidiendome que volvamos.
-El pobre no puede vivir sin ti.
-Jaja eso mismo pensé yo.

Un hombre bajito algo canoso debido a su edad nos mandó cayar.Las dos reímos.

-Bueno, génial la pelicula ¿no?
-Si, salvo que solo he entendido qué la chica alta se enamora del moreno.
-No,no es al revés. No era la alta, la alta era la mala.
-Ah bueno yo que sé. No me lies.
-Jaja Eres muy pava.
-No
-Si
-No
-Si
-¡Joder! Odio estas conversaciones.
-¿Y para qué coño me sigues?
-Para que no tengas la razón.

Le estanpé el paquete de palomitas ya bacío en la cara y salí corriendo. Ella me persiguió.Salimos de la sala, cruzamos todo el cine, riendo corriendo. Como unas niñas de dos años. Estaba feliz mis problemas desaparecieron por un momento, no tenía ganas de volver a casa y encontrarme allí a mamá con aquel tipo.. Francis. No, no quería. Quería que el tiempo se detuviera en aquel momento, en aquel momento en el que me sentía viva, feliz. Como cuando estaba en Madrid haciendo tonterías con Sophie, como cuando mi vida era perfecta.

Samanta me alcanzó y me metió un codazó en el hombro, luego comenzó a partirse de la risa.

-¿Qué hacemos?
-No sé, todo menos correr.
.-Floja
-Estoy desentrenada solo es eso.
-¿Solo?
-Si
-¡Nicole es una floja!
-`Samanta es una mentirosa.

Eso es somos infantiles somos ridículas, somos felices.

Los chicos incluidos Jonh, que por cierto había aprendido su nombre. Nos miraban se reían. Nos tenían envidia.

lunes, 19 de abril de 2010

Capitulo 18




Me encontraba en la cocina. Catherine se había ido a la cama, estaba cansada. Mamá aún no había llegado. ¿Qué estaría haciendo? ¿Qué era más importante que la salud de su propia hija? ¿Qué demonios le estaba pasando? Mil preguntas todas ellas sin solución llenaban mi cabeza. ¡A Joderse!

Cuatro y cuarto de la noche, tumbada en la cama. Dando vueltas. No podía dormir. Bajé al salón y me tiré en el sofá. Intentando no hacer mucho ruido encendí la televisión, bajé el volumen. Capítulos antiguos de Sexo en Nueva York, me traía recuerdos. El pasado diciembre vi ese mismo capítulo en los brazos de mis padres. Éramos una familia completa. Todo era distinto, lo añoraba.
Una lágrima cayó por mi mejilla. Apagué la televisión.
Cerré los ojos. Verano de hace seis años, mamá me tocaba el pelo mientras Catherine me pasaba un pelota. Ella se reía. Mamá y papá se bebían un Coca-cola Light a medias mientras sonreían. Oía la brisa del mar. Una familia, recuerdos de una infancia estupenda, feliz. Pero ahora todo era tan distinto las cosas habían cambiado, tanto quizás demasiado. Demasiado en tan poco tiempo.
Me abracé a un cojín y me quede un rato pensando. Miles de lágrimas resbalaban por mis mejillas, mis ojos enrojecieron.

El cerrojo de la puerta comenzó a moverse se oía la conversación entre “él” y mi madre.
-Amorcito, ha sido estupendo.
-Y lo que queda. ¿Pasaras verdad?
-Grrr..

Me escondí tras el sofá, quería ver lo que sucedía. No quería que luego mamá me contara una de sus absurdas y surrealistas mentiras.
La puerta se abrió mamá pasó primero, el la siguió. Le abrazó, le desabrochó la blusa. Le dio un beso fuerte, apasionado. Como los que yo sueño, como los besos de películas que cualquier adolescente normal desearía. Subieron las escaleras, no se oían ruidos. Fui tras ellos, me quedé en la puerta de mi habitación mirando como continuaba esta hermosa película.
En la puerta de su dormitorio, la estampó contra la pared. La volvió a besar. Cerraron la puerta. Hice lo mismo.
Mamá ni siquiera había venido a darnos un beso. A ver a Catherine.
No quería saber que iba a ocurrir entre ellos dos porque ya lo intuía.

Me metí en la capa me tapé con las sábanas y me quede dormida.

Cara nueva reluciente mamá sonreía mientras preparaba el desayuno. Él ya no estaba.

-¿Cómo esta Catherine?- se hizo la interesada.

- ¿Qué cómo está? Pues mira tu hija ayer pasó toda la tarde en un hospital Nada grave, menos mal. Pero tú ni siquiera te dignaste a aparecer por aquí hasta las cuatro de la mañana. Y no me pongas excusas mamá. Francis iba contigo.

Le grité le levanté la voz. Catherine bajó. Cogió un cuenco y se echó cereales. No le dirigió la palabra a mi mamá. Yo también permanecí callada.

Sonó el teléfono.

-Nicole ¿vamos al cine?
-Vale
-A las dos en la puerta.
-De acuerdo.
-Un beso, adiós.

Samanta, se mostró muy simpática me estaba cayendo bien.
Colgué el teléfono, fui a mi cuarto.
Estaba más tranquila deje las preocupaciones por un momento y decidí relajarme. Olvidar todo lo que se estaba viviendo en esta casa y se una niña normal.
Abrí con fuerza la puerta del armario. Cogí unos pitillos blancos y una camiseta Levi´s. Me puse las converse rojas y agarré las llaves de la Vespa. Salí de casa.
-Adiós Catherine.
Dije mirando a mi madre, su cara había cambiado ahora estaba seria.

Me deje llevar por el viento de aquella mañana. Hacía frío, quería sentirlo.

Capitulo 17




Toqué su mano, su hueso. Había adelgazado demasiado. No entendía el por qué, siempre había sido una niña bastante más delgada que yo. Nadie se había metido nunca con ella. Las causas de su dieta no las entendía. Pero mamá nunca se preocupaba realmente por lo que comíamos o dejábamos de comer es más, desde que nos hemos mudado a pasado demasiado de nosotras. Quizás su nuevo novio no era un buen tipo.

Me encontraba en el hospital sentada en un silla a lado de la camilla dónde estaba mi hermana. No se despertaba aún. El médico llegó en eso momento, comenzó a examinarla y me hizo abandonar la sala.
Me fui sin decirle la menos palabra, cerré la puerta y me senté a esperar en la sala de espera.
Mama no había llegado aún.
Estaba sola pensativa intentando comprender el por qué de aquella situación pero por más que le daba vueltas no lo encontraba. Estaba deseando de qué se despertara de hablar con ella de que me explicara ¿por qué se había desmayado de repente?.
Pasaron horas no tuve noticias. Miraba el reloj, segundo tras segundo. Me levantaba, me asomaba por el pasillo a ver si pasaba algo y nada. Estaba nerviosa. ¿Dónde estaría mamá?¿Qué era más importante que su hija en aquel momento?
La intenté volver a llamar y en aquel momento ni me cogió el teléfono.
Una lágrima cayó de mi ojo. Quizás las cosas nunca deberían haber cambiado.

Un chica con gafas de sol, perfectamente maquillada se aceró a mi .
-¿Qué tal estas?-me preguntó sonriente.

Enseguida la reconocí era Samanta.

-Eh! Pues esperando.¿Qué haces aquí?
-Ahora somos amigas ¿no?

No supe que contestarle probablemente si las cosas volvían a ser como antes ella se olvidaría completamente de mí y la amistad que ahora mismo surgió entre nosotras se esfumaría a los cuatro vientos. Sin embargo podría ser que las cosas fueran distintas, no me debía de preocupar por el futuro ahora, debía de vivir el presente. El oscuro y duro presente.

-Claro- le dije sonriente
-¿Qué le ha pasado a tu hermana? A la salida te vi. a ti con ella en brazos a la ambulancia y a un montón de gente rodeándonos.
-No sé , se desmayó. Llevo como tres horas aquí y no tengo noticias.
-Lo siento. ¿Quieres ir a dar una vuelta a si te despejas un poco?
-No sé y si me llaman cuando no este.
-Pero ¿y si no?
-Jaja, lo pones difícil.
-¿Entonces?
-Vale, pero no muy lejos.

Me dio la mano y me levantó del asiento. Salimos, la puerta automática se abrió y nos fuimos riendo, pero algo tristes.

-Anímate seguro que lo que le ha pasado no es grave
-Pero ¿y si no se despierta nunca?
-¡Ay! No seas trágica por dios Nicole
-Simplemente será una bajada de tensión, eso es una cosa muy normal.
-Ya jaja Todo el mundo tiene

Charlando como si me conociera de toda la vida, mostrándose lo más simpática posible. No parecía estar fingiendo. Tal vez y sólo tal vez lo estuviera haciendo de corazón.

-¿A la heladería Fandeli?
-Claro

Nos dirigimos a la heladería, un buen helado de chocolate para calmar los llantos.
Me lo estaba pasando bien, me olvide por un segundo de lo que estaba pasando, me tranquilicé.
Volvimos al hospital.
No había novedades.

Nos volvimos a sentar, volví a estar nerviosa no era normal aquella tardanza. Los peores sentimientos se apoderaron de mí. Mamá no había siquiera llamado.

Cogí el móvil volví a marcar el número. Dio la señal.
-¿Coño mamá donde estas? ¿Tu hija Catherine está en el hospital?
-¿Pero es grave? ¿Estoy muy ocupada?

Colgué el teléfono. No la entendía ¿cómo se podía cambiar tanto?. Samanta me miro preocupada.

La puerta de la sala donde estaba Catherine se abrió. Salió el médico. Me hizo un gesto animándome a pasar. Samanta me siguió.

Estaba ahí sonriendo nuevamente, tumbada sobre la cama.
El médico se acercó. Nada grave. Una bajada de tensión.
Samanta me miró feliz.

Catherine se levantó, el médico la dejo marchar.

Samanta se fue.

-¿Y mamá?
-No tengo ni idea.
-¿Te encuentras bien para coger el autobús?
-Si, claro. Además me han cebado a galletas.
-No seas tonta
-Te quiero mucho.

La abracé con fuerza. Me sentí en su piel.

-Yo mucho más

Capitulo 16



Unos suaves rayos de luz se colaban por un filito de la persiana que se habían quedado abiertos la noche anterior. No hay ruidos. Nicole se despierta lentamente.

-¡Nicole que llegamos tarde!- Grita Catherine desde las escaleras.

Nicole abre los ojos, se los frota. Se destapa. Pega un salto y se quita el pijama. Coge la falda de uniforme y luego el poco se lo pone. Aquella mañana pasa de mirarse al espejo, de todas formas el uniforme le iba a quedar justamente igual que el día anterior.
La mochila está abierta sobre la mesa. Todos los libros esparcidos por los alrededores, Nicole los amontona y los mete en la mochila a toda prisa, se la cuelga y baja las escaleras. Tambaleándose, algo dormida aún. Coge un donut. Catherine la mira con cara de asco.

Esta chica cada día está peor, mas rara, más pálida, más extraña.
Le doy el casco de la moto y salimos. Me subo en la Vespa, noto sus brazos muy delgados abrazándome. No la entiendo, no sé que le pasa. Prefiero seguir callada, en silencio.
Arranco meto primera y acelero.

Samanta está en el suelo del patio del colegio llorando, sola.
Mi inevitable curiosidad es más fuerte que la extraña sensación de odio que sentía hacia ella y prefiero ser amable, me acerco.

-Samanta, ¿qué te pasa?- digo con voz suave
-¿Tú?
-Eh, no te obligo. Sabes, si quieres puedes contármelo.
-Gracias- me sonríe.- No me ha pasado nada es una tontería.

Le devuelvo la sonrisa y me marcho, llega Melisa con su sonrisa infernal y sus saltitos algo patéticos. ¡Qué energía por la mañana,joder!

-¡Hello!
-Hola ¿qué te paso ayer?
-Fui al médico.
-¿Qué te pasa?-muestro interés.
-Nada, sólo una analítica.
-Ah jaja!

El ambiente de aquella mañana era extraño. Todas las miradas apuntaban algo burlonas a Samanta, ella se encogía e intentaba esquivarlas.
No lo entendía.

Las clases trascurrieron sin ninguna novedad más, alguna riña por lo hacer los deberes algún cero que otro. En definitiva algo natural, normal.

Se escuchaban los llantos desde la puerta, al no ver salir a Samanta. Fui al baño. Allí estaba, frente al espejo llorando.

-Enserio, ¿qué te pasa?
-Son unos imbéciles.
-Ya

Me mira entre lágrimas. Y sigue contando, mientras intento animarla.

-No se si lo conoces se llama Jake era mi novio. Me invitó a una fiesta ayer por la tarde y me engañó me dijo que había que ir disfrazados, yo le hice caso y fui. Cuando entré y ví a todo el mundo riéndose de mí . ¡Todos! y ahora como has podido ver siguen haciéndolo. Te amargan la vida. Se creen que no tenemos sentimientos. Y ahora Jake dice que tan sólo era una broma.

-Una broma que te amarga la vida para siempre.
-¡Sí!
-No te preocupes seguro que todo pasa.
-No creo.
-Tranquila.
Le muestro un sonrisa y le doy un abrazo.
-Gracias
-No es nada
-Nadie nunca se había preocupado
-Anda no seas tonta que no es nada.
-Para mi es mucho.

Fuimos juntas hasta la salida y la despedí en la puerta.
Nunca había pensado que detrás de todo ese maquillaje, que detrás de toda esa popularidad superficial se pudiese esconder ella. Esa chica tan dulce que tenía problemas al igual que yo.

-¡Catherineeee!- raídamente me abalancé cogerla.
No me respondió y cerro los ojos. Todo el mundo nos estaba mirando. Toda la gente trataba de ayudarme.
Una profesora, estaba llamando a la ambulancia.
Un caos a la salida del colegio.

El profesor de gimnasia la tumbó en uno de los bancos del colegio. Me aparté un poco de la bulla e intenté avisar a mi madre. Marqué su móvil. Daba señal. Se oía mucho ruido.

-¡Mamá soy Nicole!
-¿Qué?
-Soy Nicole- dije gritando.- Catherine se ha desmayado.
-¿Qué le ha pasado?
-No sé.

Mamá colgó el teléfono, parecía demasiado ocupada.
Llegó la ambulancia

Capitulo 15


¿Como podemos respirar sin aire?¿Cómo podemos odiar todo en un solo instante?.
Aquella mañana hacía frío, el viento agitaba fuertemente sobre mi cara. Nadie se podía imaginar lo que yo pensaba en ese momento nadie lo iba a entender, estaba sola.
No había hecho los deberes, tampoco había estudiado,había sacado un dos con cinco en latín y nadie me había dicho que había empeorado, que debía estudiar un poco más. Aquella teoría me la debía de aplicar yo a mí misma ya que mi madre no le importaba lo que yo hiciera, estaba tan metida en su relación con Francis que por mi cabeza se pasaba un ligera idea de una boda que enseguida me dio un escalofrío..

-Eh ¿no vas a recuperar tu bolso?
-¡Damelo!
-No te dije que ya sabías mi dirección
-¡Cretino damelo ahora mismo!
-O si no ¿que? se lo digo a papá.

Esa palabra me sentó mal por primera vez, era cierto nunca me había importado mi padre pero siempre lo había tenido,ahora ya no está, ahora lo extraño. Aunque haya hecho todo aquello, no sé era mi padre después de todo y en ese momento me hacía falta.

Nicole le quitó el bolso de las manos con lágrimas en los ojos y se fue al baño, se lavó la cara y entro en clase. Melisa había faltado.

En la ciudad de madrid frente a la antigua casa de aquella chica rubia llamada Nicole estaba Bob percatándose de que una nueva familia se había instalado allí y que su profesora ya no estaba, se paró detenidamente a pensar en dónde podían estar y en que algo le únia a aquella familia. Algo, quizás solo sea un simple pensamiento pasajero.
-Bob,¡ espabila!
-Ah me has echo daño ¡te vas a enterar!

Bob se tiró encima de aquel chico y le dio un puñetzo en el torso, aquel torso cuadrado.
-¿Tienes idea de dónde estaran ahora?
-¿Quiénes?
-La chica rubia y la otra
-No. Sé que los padres se divorciaron
-Ah ¿si?
-Si
-¿Las volveremos a ver?
-No creo
-Tienes visita amigo

Una chica castaña se subio a caballitos en la deseada espalda de Bob y le dio un beso, luego se suibió en su moto y se agarró fuertemente a él. Los dos se perdieron de vista

-Nicole,la agenda por favor
Nicole se levantó se su mesa y le entregó la agenda a la profesora :

"Su hija Nicole Yonson por séptima vez en tres semana no ha echo los debres, ruego que tome medidas"

La profesora

Un nota, otra más, decenas de notas había ya en mi agenda todas firmadas por mamá pero ninguna las había leido, eso me debía de poner contenta no así.
La gente comenzó a mirarme lo que incomodó bastante a Samanta que me miraba con furia.

A la salida tenía que esperar a Cathe, me senté en mi banco rutinario sóla como de costumbre. ¿A quién podía importarle?

-¡Dios mio Catherine que te está pasando!
-¿A qué te refieres?
- A tu cara, a tu falda a tu cuerpo.
-Nada.
-Sé que lo sabes
-Pues no, no lo sé

Las dos se marcharon se montaron en el coche con Francis y su madre, nada nuevo.

-¿Chicas qué tal el colegio?
-Bien, bueno..me ha puesto otra nota
-Muy bien mamá he sacado un diez en historia
- Anda ¡génial!, Nicole no pasa nada
-Bueno hoy vamos a comer a casa de Francis.

"Te echo demenos Sophie"

Capitulo 14




Entré en casa llena de barro, con el traje medio roto y los zapatos en la mano, medio llorando. Conseguí que mamá no me viera y me metí en la cama así tal y como iba.
¿Por qué aquel capullo me había hecho aquello? Me había dejado en medio de la nada, sabiendo que yo soy nueva aquí y que apenas conozco las afueras, odio esto. Encima para consolarme más me había quitado el bolso con todo, con el móvil y con todo el dinero.
Era un cerdo asqueroso, al igual que todos no sé en que momento se me pasó por la cabeza ir a esa fiesta no sé porque tuve que haber elegido ir.
Nicole entre llantos se agarró a la almohada y la llenó entera de rimel. Aquella noche no pudo dormir y en uno de sus intentos de poder consolarse fue a buscar Catherine. Pero esta no estaba en su habitación, bajó al salón a buscarla y no la encontraba. Se tiró en el sofá a esperar a ver si venía, al poco tiempo la puerta se comenzó a abrir. Apareció un rostro.
-¿Cathe?
-¿Nicole? ¿Qué haces despierta?
-Anda, ¿y tú?
-Y ¿qué haces así vestida?
-He ido a correr
-¿A correr a las cinco de la mañana?
-Sí, no podía dormir
-¿Y desde cuando corres tú?
-Pues desde ahora, adiós.

Catherine dejó ahí a Nicole sin preguntarle nada, sin dejar que ella abriera ni si quiera la boca y se fue a su habitación. Se pasó toda la noche haciendo abdominales.

Nicole se quedó dormida en el sofá.

"Mi vida era perfecta, tenía amigos, una madre y un padre que se querían,una hermana que me apoyaba. Lo tenía todo y ahora, ahora no tengo nada".

Un profundo dolor de cabeza, unas ojeras de espanto una cara de muerta pegada al ordenador chateando con Sophie, a ella le iban genial las cosas.
Mamá estaba en la cocina haciendo tortitas para desayunar.
-Chicas el desayuno ya esta
-Ahora voy mamá
-Nicole pero antes quítate ese vestido
-Vale

Subí las escaleras deprisa cogí una de las camisetas grandes y bajé, me senté en la mesa y cogí unas quince tortitas le puse nocilla y me las comí de golpe.

-Cathe, ¿que haces? ¿no bajas?

Catherine bajó

-¿Cuantas te pongo?
-Ninguna mamá, he quedado con..con..una amiga para desayunar, me voy
-Pero ¿ninguna?¿de verdad?¿con lo que te gustan?
-Enserio mamá ayer cene mucho y hoy voy por el mismo camino
-Bueno como quieras ¡ pásalo bien!
-Vale un beso
-Oye te estas quedando mas delgadita Cathe
-jaja que dices mamá
-Ah Nicole tus llaves la Vespa está impoluta

Cathe se fue por la puerta, estaba cada día más rara. ¿Desde cuando corría, desde cuando rechazaba una tortita?¿Desde cuando adelgazaba?

-Nicole ¿hoy me acompañas a la Iglesia?
-Vale, no tengo nada mejor que hacer.
-Vale pues vístete que es dentro de media hora
-De acuerdo mamá.

Me monté en coche abrí la ventanilla y di un suspiro, mamá se percató de mi mala cara y pronto empezó con los interrogatorios de costumbre.
Respecto a lo del bolso no pensaba ir a buscarlo a su casa supongo que el lunes en el colegio lo veré y entonces me lo dará y me dará unas disculpas por lo menos un símbolo de su cortesía masculina.
-¿Va todo bien cariño?
-Pues no mamá
-Quiero volver a madrid.
-Ya pero, tenemos nueva vida
-Tienes nueva vida, tu tienes nuevas amigas, nuevo novio. Yo no. Yo estoy sola.
-Pero hija..
-Pero nada mama, nada.

En otra cuidad a bastantes kilómetros una chica de pelo castaño suelto besaba apasionadamente los labios de un chico moreno alto de inevitables ojos verdes "BOB

Capitulo 13



Los miedos se esfumaron, las inevitables ganas de conocer a gente las ganas de volver a una fiesta a una fiesta como las de antes.
El vestido largo negro,los tacones perfectos.
Nicole está frente al espejo del cuarto de baño peinándose su largo pelo rubio el cepillo avanza suavemente mechón a mechón. Nicole coge el lazo y se lo coloca en forma de diadema algo distinto algo nuevo.
-¿Lista?
-¡Por supuesto!
-Vas genial hermanita.
-Jaja ¿y eso? ¿ahora qué quieres?
-Tu Vespa, tan sólo por esta noche.
-¿Para qué? No sé...
-Voy a salir con unas amigas, todas tienen una...
-De acuerdo, pero como tenga un sólo roce me la pagas.

Catherine no le respondió cogió las llaves de su mano le dio un fuerte abrazo y se fue de casa como una moto.

Últimamente me estaba dando cuenta de la asombrosa delgadez que ahora tenía Catherine y que ya casi nunca venía a comer a casa y que siempre estaba fuera. Será que habría encajado muy bien en este nuevo colegio.

-Nicole cariño son las nueve, no vas a llegar.
-Mamá ya voy.
-¿Desde cuando te preocupa eso a ti?
- Desde siempre.
-Ya claro
-Vas muy guapa
-Lo sé

Nicole salió por la puerta con aquella frase de autoridad y confianza, de tener un gran autoestima. Paró el primer taxi que vio y se monto.

La gente entraba como loca en aquel local , se veían distintos modelitos, trajes largos, cortos; de colores llamativos, de colores apagados.. Música a todo volumen que sonaba desde lejos, chicos desfasándose, ya tan temprano medio borrachos y algunos ya sin camiseta. Chicas desbordadas morreándose con el primer chico que vieron en un sofá y en las habitaciones de arriba. Mejor prefería no mirar. El ambiente era bueno. Fui dentro.
-Un Martini preciosidad dorada
-No gracias
-Anda porfa
-Enserio, es que no bebo alcohol
-Bueno pero una ocasión
- ¡He dicho que NO!
-¿Qué deseas entonces? ¿Quieres verla?
-¡Eres un guarro!
Nicole le metió un manotazo a aquel chico y se fue de aquella zona, se dirigió a una mesa y cogió una coca-cola, se quedó allí sentada en uno de los sofás hablando de cosas sin sentidos con otras chicas que había visto de lejos en el colegio.
La gente allí no era ni la midad de agradable que en Madrid, los niños unos estúpidos las niñas unas pijas insufribles que lo único que les importaba era cuanto dinero tenían en chico con el que lo hacían, la verdad no soporto a nadie de esta fiesta, no soporto esta vida.

Nicole y sus pensamientos siempre en otro mundo muy alejado de la realidad. Justo en el momento de marcharse llegó: una camisa blanca ya medio sucia, unos pantalones grises caídos a pesar de llevar cinturón y unos mocasines impecables.
-Has venido
-Y me marcho
-Normal que lo hagas, no sabes divertirte
-No como vosotros.
-Entonces ¿cuál es la otra manera?
Nicole se quedó callada fue hacia la parada de taxis justo enfrente de aquel local y se montó en uno aquel chico de las "Ray-Ban" subió detrás de ella.
- A la Quinta Avenida Nº 234 por favor
- ¡No ahí no! ¡ Espere! A la Calle Filandia Nº 45
-¿Qué haces aquí cretino?

El chico de las Ray-Ban guiñó el ojo a al taxista y el taxista arrancó.

- Divertirme. A propósito eres una desagradecida, ¿como te llamas?
-¿Desagradecida? ¡Y tú un cerdo estúpido! Nicole
- Ah bonito nombre
- Gracias
Nicole le dio con el bolso en la cabeza.

-¡ Pare por favor pare!
-¡Señor no le haga caso, es que ha bebido demasiado!
-Mentiroso, que yo no bebo
- ¿Ah no?
- Pues no
-¿Enserio te quieres bajar?
-¡Por supuesto!
-Señor pare.

Nicole abrió la puerta y bajó del taxi.
El taxi salió a toda caña y la dejó allí tirada en medio de la nada.
Nicole estaba totalmente perdida, dio gritos inútiles pero no sirvieron de nada.
Nicole salió corriendo intentando alcanzar el coche pero aquella otra idea tampoco sirvió de mucho. Al hacer el intento de coger el móvil ¡ no estaba su bolso! . En el bolsillo de su traje medio ensuciado de barro un nota con una letra algo confusa típica de un niño como él había una nota.

"Si quieres recuperar lo ya sabes mi dirección!

Capitulo 12



Mamá no me dejó ir a Madrid, dice que nunca más volveremos que nuestra vida en Madrid acabó por completo y que para olvidar algo por completo jamás podemos volver atrás en un instante.
Inevitablemente y contra todos mis pensamientos tenía razón, ir allí otra vez sería recordad toda mi vida, ver momentos pasar, risas, mi casa.

Nicole estaba tumbada en su cama con aquel pijama de rayas que guardaba desde que era niña y embobada mirando el techo de aquella nueva habitación.
Como todo los días iban pasando uno detrás de otros, las noches en vela pensando en todo lo que se ha esfumado "Con el tiempo con la distancia, aprendemos a querer. Aprendemos a perdonar, a arrepentirnos de nuestros fallos y errores".

Estaba totalmente indecisa aquella mañana de sábado aún no sabía si debía de ir o no a aquella fiesta. Irían "Samanta, Alexandra, Blizz, .. " en definitiva todas las chicas populares del colegio junto con esa gran pandilla de niños que me parecían tan estúpidos e inmaduros como el pesado de las Ray-Ban que por cierto aún desconocía su nombre.
Primer problema que me surge: No sé que ponerme, al descuidar bastante la dieta en estas dos últimas semanas había engordado algunos kilos y eso quieras que no se notaba.
Encontré en un baúl viejo en la habitación de mamá un vestido largo antiguo de color negro. Desconocía la marca ya que la etiqueta estaba algo borrosa aún así me lo probé. Me estaba bastante estrecho aunque me lo podía poner, me quedaba bastante bien. Lo cogí y me lo lleve a mi habitación.
Doblé el pijama y lo coloqué debajo de la almohada luego cogí la Vespa y me fui a buscar unos zapatos y algo para el pelo, estuve buscando durante horas y no encontraba nada. Mil zapatos de tacón clásicos sin nada llamativo, es decir, nada especial, quería algo no sé que destacara.
-Perdone ¿desea algo chica?
-Estaba mirando, necesito unos tacones para una fiesta pero no encuentro nada que me guste.
- Pues mira tenemos esos de allí y aquellos y estos ostros.
La dependienta me estaba aburriendo bastante no paraba de señalar zapatos de mujer de cincuenta años y carísimos no me podía pasar de cuarenta euros que había ahorrado.
-Muchas gracias pero no me convences.
-Gracias a usted.
La dependienta llevaba un uniforme negro y el pelo rubio recogido en un moño, en la camisa una etiqueta en dónde se podía leer "Elisa".
Salí de aquella tienda como salí muchas otras aquella mañana..
Miré el reloj y me quise morir "las dos y diez" mamá debía estar como loca buscándome, decidí llamarla y contarle donde estaba.
Finalmente me decidí por unos tacones blancos con dos piedrecitas en la parte de delante, eran originales, nadie los llevaría además me gustaban. Me llevé un lazo a juego que había al lado me marché.

Nicole conducía la Vespa temblorosa, nerviosa por la fiesta, aún un poco indecisa suspirando, tatareando mezcla de varios estribillos de canciones muy conocidas y alguna que otra un poco más antigua. Por la cera paso Melisa, Nicole paró la saludó y siguió de camino.

Melisa no iba a ir a la fiesta eso ya lo sabía claramente pero tampoco me atreví a preguntarle decidí mantenerme callada.

-Hola ma
La abracé con fuerza mientras soltaba las bolsas.
-Nicole, ¿te has comprado algo?
- Si esta noche tengo una fiesta.
-¡Qué rápido haces planes hija mia!
-Ya ves mamá
-Ah, te he cogido un vestido, ¿me lo dejas no?
-El negro ¿no? lo he visto en tu cuarto. No se yo, no se yo..
-¡Mamá!
-Pues claro cariño, claro. ¡Ah, pero cuidamelo!
-Sabes que lo haré.

Solté mis zapatos y el lazo en la cama junto al vestido y baje corriendo a comer estábamos mamá y yo solas-

-¿Qué tal te va con Francis?
-Muy bien es encantador ¿verdad?
-Si y también tiene un mal gusto, sois tal para cual.
-Nicole de verdad, no tienes tres años.
-¡ Jaja! Mamá estaba bromeando, sí es un hombre simpático y seguramente será mejor que papá.

Capitulo 11



-¡Mamá! ¿Quién era aquel hombre de anoche?
-¿Estabas despierta Nicole?
-Pues si no, no te lo preguntaría.
-Está bien está bien, se llama Fancis y es un nuevo amigo.
-Encima de feo además con mal nombre.
-Nicole ¡por dios! es muy simpático.
-Será eso lo único que tiene de bueno.
-Bueno,¡ya basta!
-Lo siento mamá, solo daba mi opinión.
-Bueno chicas, bajaros ya del coche que llegáis tarde.
-Mamá ¿tarde? si son y cuarto ¡es más pronto que ningún día!
-Ya Chathe.. deja que mamá tiene que hacer cosas.
-Jaja sisi.. con su nuevo amiguito.
-Venga ya chicas, adiós ¡que os vaya bien!
-Adiós mamá.

Nicole y Catherine cogieron sus mochilas del maletero y le dieron un beso a su madre unas cuantas risitas en sus rostros y se adentraron en la multitud de alumnos.

Mamá últimamente estaba de buen humor, le decía mil cosas para enfadarla y siempre se reía. La verdad ese "nuevo amiguito " me beneficiaba bastante porque así mamá pasaría menos tiempo en casa y yo podría hacer más cosas.¡¡¡¡¡¡Joder!!!!
Se me ha olvidado preguntarle lo de Sophie, bueno luego cuando llegué lo haré.

Nicole estaba sentada en un banco de la entrada esperando a Melisa, estaba pensativa riéndose en solitario y repasando que haya hecho todos los deberes.
Al rato llegó Melisa, con esa sonrisa grande y dulzona.
-¡Qué pasa Nicole!
-Jaja ¡Hola.
-Venga vamos que ya han abierto.
-¡Vale!

Era como todos los días nunca pasaba nada interesante, nunca un profesor se pinchaba en culo con una chincheta como en mis viejas aventuras en preescolar ni nunca un profesor le tiraba de los pelos a Samanta. ¡Jaja! Que divertido podría ser.
-Nicole, Nicole ¿estas bien?
- Eh..eh.. ¿qué? Ah si si, muy bien. De echo mejor que nunca.
La profesora se quedó pasmada mirándome con aquella cara que parecía que su madre se acababa de morir.
La gente me comenzó a mirar al parecer me había quedado dormida mirando por la ventana, normal con todos esos números sin sentido colocados en la pizarra y aquellas frases escritas en chino que eran prácticamente ilegibles para mí.

-Nicole ¿tenías sueño verdad?
-Si un poco, ayer me acosté muy tarde.
-Jaja se nota, se nota.
-Bueno que hoy tengo prisa Nicole. Hasta mañana.
-Adiós.

Melisa se marchó corriendo y un "Mercedes serie 5" de color azul oscuro le abrió la puerta.
Nicole se quedó esperando como un soldadito a que saliera su hermana.
Allí en el otro edificio estaba aquel chico de las Ray-Ban que resultó ser amigo de Samanta, estaba embobado mirando a Nicole, Samanta lo vio mirándola.
-¿Qué le pasa a esa chica?
-Ah nada.. ¿es amiga tuya?
-No es amiga de la gilipollas de Melisa.
-Ah
Él se quedo callado con la esperanza de que Samanta lo dejara al menos cinco minutos más observar a aquella larga melena rubia que se agitaba fuertemente con el viento.
-Eh dicho ¡qué pares idiota!
-Simplemente miro lo fea y bajita que es
-Jaja eso me gusta "honey"
-¿Puedo seguir?
-"Of course darling"
El chico rió y Samanta se unió a el y comenzaron a hablar se los defectos de Nicole.
Todo aquello Nicole lo desconocía por completo, ella estaba sumisa en sus pensamientos idiotas de que un día Bob volvería a por ella, iria a Barcelona en una "Harley 234" .

-¡Nicole! ¡A qué esperas! Eoo
-¡Hola!

Debía de espabilarme últimamente estaba medio dormida pensando en trescientas cosas y no me daba tiempo a reaccionar cuando tenía a alguien delante.

-¡Mamá tengo que preguntarte una cosa!
-Pues comienza.
-Verás.. es que ..
Le conté todo a mamá despacio si ponerla nerviosa tal y como sucedieron las cosas y finalmente ni si quiera me dio una respuesta ¿me dejaría ir a Madrid?
-Catherine por favor toma las servilletas, termina de poner la mesa.
-Mamá ¿cuatro?
-Sí, Francis viene a comer.

Me sentí confusa, estaba segura de que mamá me había escuchado perfectamente pero no entendía por qué diablos no me daba una respuesta era tan simple como decir que sí o que no.

Aquella tarde me fui a estudiar a la biblioteca, me senté en la única mesa que quedaba libre y saqué todos mis cuadernos y apuntes comencé a leerlos pero enseguida me cansé. Luego me levante y fui a ojear los libros.
-Hombre si eres tú.
- Si pues la verdad es que si soy yo.
- No has cambiado.
-Veo que tú tampoco.
-Me he tomado las molestias de invitarte a mi fiesta del sábado.
- Pues lo siento pero creo que no voy a ir ya tengo planes.
-¿Ves? ¿Quién es la estúpida ahora?

El chico de las "Ray-ban" se marchó sin decirme nada más, me dejó ahí con la mitad de la palabra en la boca.
¡Odio mi vida! ¡Hoy tan sólo un poco más que ayer!

Capitulo 10



-¡Hola!
-¡Buenos días Nicole!
Melisa tenía una gran sonrisa en la boca, seguramente le encantaran las matemáticas.
-¿Le has cogido el dobladillo a la falda no?
-Sí, jaja. No me gusta tan larga.
-Ya. A mí tampoco pero mi madre me obliga.
-La mía es que como esta liada con la mudanza casi no se entera de lo que le digo.
La profesora entró en la clase. Nicole se dirigió corriendo a su sitio justo a lado de la ventana, sacó el libro de matemáticas y comenzó a repasarse el tema, luego colocó un papelito con algunas soluciones justo en el borde de la ventana y guardó el libro.
-¡Comienza el examen! ¡Suerte!
Al cabo de una hora la profesora recogió los exámenes y se marchó. Nicole había copiado pero aún así dejó parte del examen en blanco.
Se levantó del sitio y se puso a hablar con Melisa.
-¿Qué tal el examen?
-Pues la verdad, bastante mal las matemáticas no son mi fuerte.
-Jaja ¿qué dices? Es la cosa más fácil del mundo.
Esta tia está realmente loca, no puede ser. A nadie coherente le gustan las matemáticas.
Las clases trascurrieron sin más novedades Samanta, la más popular de toda la clase interrumpió cinco veces a los profesores por llamar la atención las otras chicas la miraban boquiabiertas.
¡Que ridículo!
Esa morena de pelo largo con la falda muy corta y el polo transparente ¡Era la diosa!
A mí no me lo parecía era una chica normal como todas las demás en realidad todas éramos iguales incluso había niñas mucho mas monas que ella solo que no sabían sacarse partido así mismas.
A la salida espere a Melisa sentada en un escalón mirando como Samanta se acercaba al edificio de enfrente dónde estaban los chicos. ¡El tío de ayer! Como era de esperar un capullo como ese debía de tener alguna relación con una capulla como aquella.
-¿Vamos?
-¡Claro!
-¿Te cae bien Samanta?
-No he probado a hablar con ella, si no llegas tú yo me quedo sola.
-¿Enserio? Yo creo que todas somos iguales.
-¿La has visto? ¡Es una diosa!
-No creas, hay chicas más monas.
-Bueno.. no sé. Quizás.
-¿Dónde comemos?
-¡A mí me da igual!
-¿En una pizzería?
-Génial.
Las dos se dirigieron andando y riéndose por las calles estrechas de Barcelona.
-Hola, buenas tardes ¿mesa para dos?
-Claro, acompáñenme.
La camarera era una chica joven con una falda negra por las rodillas y una blusa blanca. Nos sentó en una mesa cerca a la cocina y nos dio una carta.
-Una coca-cala y una pizza de jamón york y queso.
-Yo una cerveza y una pizza cuatro quesos.
-De acuerdo.
-Melisa ¿bebes cerveza?
-Si, esta buena.
-¿Enserio? ¡Me parece que está asquerosa!
-Jaja. ¡Qué dices!
-¡Qué sí! Sabe rara.
Las dos chicas estuvieron toda la comida hablando de cosas sin sentido y manteniendo unas conversaciones un tanto estúpidas y absurdas, se comieron sus pizzas y se marcharon en autobús.
Me pasé todo el tiempo mirando a Melisa aquella chica de ojos claros que se pasaba todo el día sonriendo la verdad cada vez me sorprendía más, éramos tan diferentes.
-Mamá, esta es Nicole.
-Hola.
-Hola señora.
Nos dimos dos besos y enseguida Melisa me tiró del brazo para subir a su habitación, la casa era mucho más grande y espaciosa que la mía. Pero mi madre era bastante más guapa.
Su habitación estaba hecha un desastre y tan sólo tenía en el armario ropa de niña de 12 años, vestidos por la rodilla y falditas con volantes.
Pensé en decirle que si ese realmente era su vestuario habitual pero decidí callarme.
Estuvimos escuchando música un poco extraña, canciones que jamás había oído y que desconocía por completo. Me sonó el teléfono era Sophie, pero decidí mentirle.
-¿Quién es?
-Mi madre, tengo que irme.
-Jo... Vale adiós.
Baje las escaleras como una moto y me despedí de la madre abrí la puerta y salí de aquella casa.
-Dime Sophi
-¿Qué tal?
-Bien ¿Tú?
-Te echo de menos.
-El sábado hay una fiesta de todos, tienes que venir.
-Lo intentaré aunque no te prometo nada.
-Te quiero
-Yo más.
Nicole colgó el móvil y una pequeña lágrima cayó de sus ojos, enseguida se la secó y siguió andando hacia su casa
Tantos y tantos recuerdos, tantas y tantas experiencia vividas y que en un día de repente todo se esfume. Todo era tan difícil de afrontar, echaba de menos mi casa de Madrid, echaba de menos Madrid.
Mamá no estaba en casa, Catherine estaba sentada en su mesa haciendo los deberes, la lamparita encendida y los codos apoyados, decidí no molestarla y entré en mi habitación.
Encendí el ordenador y empecé a chatear con amigos, con gente que de verdad me quería, yo ya tenía mis amigos. ¿Por qué los había tenido que dejar?
Baje a la cocina a cenar algo y luego me puse el pijama y me acosté. Al rato noté que Catherine también cenó y se acostó.
Miré el reloj y eran las doce y cuarto. ¿Dónde estaría mamá?
Hoy casi no había hablado con ella en todo el día.
Me despertó el ruido de la puerta. Era mamá, acompañada de un hombre bajito con gafas y sin pelo. ¡Qué mal gusto!
Entendía perfectamente que mamá quisiera rehacer su vida pero que lo hiciera bien. Me hice la dormida y noté su frío beso y un susurro de buenas noche.

sábado, 10 de abril de 2010

Capitulo 9



Aquella misma tarde fui a la tienda de la esquina de casa a cogerle el dobladillo a la falda. La verdad, me costó bastante convencer a mamá pero lo conseguí. Deje la falda a la dependienta y quedé en volver dentro de tres horas.

Nicole llevaba un peto vaquero y unas converse rojas, el pelo recogido en una coleta y la cara ligeramente maquillada, se marchó de aquella pequeña tienda y se dirigió al supermercado. Cogió un paquete de galletas de chocolate y se dirigió hacia su casa.
Iba tarareando la letra de una canción de los "Beatles", un chico castaño con el pelo largo y unas "Ray-Ban" se chocó con Nicole, parecía que lo había hecho a posta pero al parecer no.

-¡Qué haces!- gritó Nicole sin mirarlo siquiera
-Lo siento.

Nicole se había puesto roja, aquel chico que ella desconocía por completo se levantó las gafas y le guiñó en ojo, Nicole lo esquivó .
-¡Estúpido!.
-Como tú ¿no?. ¿Eres nueva verdad?

Ni siquiera le conteste que panda de inmaduros había en aquella ciudad todo era tan diferente a Madrid, como extrañaba a Sophie aquella chica dulce con la que tantos buenos ratos había pasado.
Del que no me había acordado ni si quiera había sido de aquel hombre alto, fuerte de ojos verdes y canoso que era mi padre. ¡Un cretino cincuentón!

Un ataque de rabia se apoderó de Nicole, abrió las galletas que había comprado para su hermana y se las comió todas una a una sin apenas masticarlas. Rompiendo así su propósito de comenzar de nuevo su dieta aquel Lunes.

"A la porra la dieta" Odio Barcelona, odio mi nueva vida.

Volví a la tienda a recoger la falda y luego entre de nuevo en casa. No había nadie. Fui a mi habitación encendí la luz y me puse a estudiar para el examen de matemáticas.
Mamá entró con Catherine en casa. Catherine llevaba el uniforme y mamá llevaba su larga melena castaña recogida en una cola, una falda por los tobillos y una blusa muy juvenil.

-Nico cariño ya estamos aquí.
-¿Qué habéis hecho toda la tarde?
-Pues hemos ido a hacer la compra, a propósito ¿me has comprado mis galletas de chocolate?.
-Sí, pero como no venías me las he comido.
-¡Ahh! Génial hermana. ¡Qué te quiero!
- Si, yo también mucho no ¡muchísimo!

Mamá puso fin a aquella conversación y se puso a preparar la cena.

En una pequeña mesa estaban las tres cenando como unas muertas de hambre.

¡Génial! La dieta se va a ir a la mierda.

viernes, 9 de abril de 2010

Capitulo 8



Hacía un increible dia de mediados de Abril el sol relucia esplendidamente y Nicole estaba tirada en la cama dormida con la cabeza volando en otro mundo. La despertaron los pequeños rayos se luz que entraron por la ventana.
-¡Joder mamá son las siete!.
-Cariño vas al colegio, vístete.
Mi madre me dio una falda por las rodillas de cuadros azules y amarillos y un polo apretado con el escudo del colegio.
-¡Mierda! ¡Esto es incluso peor que el del otro colegio!
¡Mamá no pienso ponerme esto!
La madre de Nicole se marchó de la habitación y fue a buscar a Catherine.
La falda me hace muy gorda los mocasines son espandosos y el polo me esta super estrecho esto es un horror, no puedo creer que la gente vaya así.

Mamá siempre había sido un persona muy nerviosa que quiere que absolutamente todo salga bien y que todo este impecablemente perfecto. En el fondo lo hacía por nuestro bien aunque para mí todo aquello me era muy difícil de entender.

Salieron las tres de aquella casita en un "BMW X1 blanco" la capota abierta y tres melenas relucian al sol movidas por el viento, el coche se dirigía por una carretera de un solo sentido a toda velocidad.
Catherine aún tenía la cara de recien levantada, Nicole lucía una bellísima sonrisa, ocultando todos aquellos pensamientos que en realidad sentía.

Un gran edificio antiguo con algunos rasgos ingleses componía este nuevo colegio, iba a ser difícil adaptarse a él y no perderse.
1ºBachillerado B, esa era mi aula. Allí, donde estaban todas esas niñas con las fadas super cortas y las uñas pintadas todas con las mochilas de marcas y a colores vivos, todas con los pelos sueltos y ocultándose los ojos con unas Ray-Ban aviator.
Todas estaban mirándome fijamente, me sentí perdida. ¡Esto no podía estar pasando!

Una profesora algo bajita de pelo castaño recogido por una cola baja abrió la puerta me mostró una sonrisa y fuimos pasando una a una todas las chicas, obsevé que no había ningún niño lo cual me pareció bastante extraño.

-Haber.. Orden chicas por favor. Hoy damos la bienvenida a Nicole Yonson- dijo aquella mujer.
-Bienvenida Nicole- respondíeron aquellas chicas riendose por lo bajo.
Una de ellas se quedó mirándome, era la única que no se reía la única que no llevaba la mochila de "Roxy ni de Reebok" la única que llevaba la falda por las rodillas y el polo apretado.
No supe muy bien que responder, la gente de aquel colegio me pareció bastante estúpida.
-Gracias- dije escondiendo mi voz.

Aquel recreo bajé sola las escaleras y fui a la fuente a beber agua se me hacercó aquella chica que que no se rió de mí.
-¡Hola Nicole!.
-Hola,gracias por no reirte.
-No tienes que darmelas son unas capullas.
-¡Jajaja! Eso mismo había pensado yo.
-En este colegio si no te vas con las "guays" no eres nadie ,no consigues chicos, no consigues ir a fiestas.
-¡Eso son tontarías! Por cierto ¿cómo te llamas?
-Melisa Stevison
-Encantada, Melisa.

Las dos se fueron de aquella fuente con sus faldas largas y Melisa comenzó a explicarle a Nicole todas las instalaciones del colegio.

Capitulo 7.



Tras aquellos duros meses en casa de tía Luci,supe que mis padres ya se habían divorciado y que mi padre ya tenía nueva novia.
Desde aquel sábado en el que salio de casa no volví a hablar con él, sinceramente me parece que es un hombre sin escrúpulos, incapaz de decir la verdad por su propia boca.
Mi vida estaba cambiando enormemente deje el colegio,deje a todos mis compañeros deje de vivir en la avenida de Roma,deje calles,deje a Bob,deje a Sophie dejé Madrid,me mude a Barcelona.

-Deja las maletas en la entrada después vuelve al coche a coger más bolsas Nico.-Insistió mamá.

Así lo hice,sacamos todos los paquetes y entramos en aquella pequeña casita adosada,con un jardín perfectamente cuidado,una entrada de casa de cuento. Una salón,una cocina y en la planta superior dos cuartos de baño y tres habitaciones.
Mamá hacia todo aquello porque quería olvidarse completamente de papá y quería ella también rehacer su vida.
Noté que la casa era espaciosa y algo más grande que la antigua cogí la habitación cercana a las escaleras y comencé a deshacer las maletas, cada camiseta me traía un recuerdo distinto no hacía ni un día que había vivido en aquella casa y ya extrañaba a Sophie,cuando nos hicimos un tatuaje iguales en la cadera,cuando nos compramos aquella camiseta naranja para llamar la atención en uno de los muchos conciertos a los que fuimos allí en Madrid,momentos vividos en la avenida de Roma,tantas risas junto a todas nuestras compañeras,aquellas fiestas interminables y Bob,hombre con el que apenas tuve oportunidad de hablar,mi vida iba a cambiar radicalmente y eso debía de asumirlo.
Mi vespa amarilla destacaba en aquella pequeña carreterita llena de coches. Todo era tan diferente.

Mamá estaba feliz,hacia todo con una sonrisa en la boca trajeron una tarta cada vecina,a los pocos minutos mamá ya había conocido a casi todas. Perdí muchos días de clases y me iba a ser dificil integrarme en un nuevo colegio, otro uniforme diferente supongo,quizás tenga suerte y este me haga mejor tipo.
Mi cabeza estaba volando pensando en posibilidades que quizás algún día se hicieran reales.

Terminé de organizar la nueva habitación y me tire a la cama a leer.

"Allí en un mundo más allá de los sueños,allí donde todo es posible"

Mi vida había cambiando mucho en estos últimos meses,era cierto.

jueves, 8 de abril de 2010

Capitulo 6



Salimos del Burguer,ella siguió callada pero ahora depués del "Hola" de Bob tenía una brillante sonrisa en la boca.
-Ca..Porfa dime ¿de qué conoces a Bob?
-¡ Y a ti que te importa! ¡Ya te dije no somos novios y él no va a salir contigo,Nico!

¿Cómo podía estar pasando aquello?¿Cómo estaba permitiendo yo que las tonterías de mi hermanita pequeña me importasen?¿Cómo me estaba ocultando ella algo que yo debía de saber?
-Cathe,mira donde estamos,en casa de una tia que no conocemos y con papá y mamá a punto de divorciarse,por favor sabes lo que me importa a mí Bon. Dimelo.
Ella me miró me miro con las lagrimas saltadas al oir aquello del divorcio y se decidió a contarmelo.
-Simplemente lo conozco porque le hago los deberes a él y a sus amigos y les explico las cosas,a cambio me pagan ¡Ya esta!
Me quede mucho más aliviada y le sonreí. Ella comenzó a llorar.
Le abracé fuertemente y nos quedamos sentadas en un portal de la avenida de Roma,las dos,solas en la oscuridad y penumbra de la noche.
Llegamos a las dos menos cuarto a casa de tia Luci,ella ya estaba en la cama,dormida. Con cuidado fuimos a la habitación que ambas compartiamos y nos acostamos.

-Nico,despierta. Llegamos tarde.
Era evidente. Catherine nunca podía llegar tarde. Rápidamente me puse el uniforme y cogí la mochila.
-¡Mierda la Vespa!¡No la tengo!
-El autobús va a tardar demasiado.¡Un taxi!

Cogimos el primero que vimos. Un hombre canoso,barrigudo y con un cigarro en la boca nos pregunto la dirección.
-Britanish School, ¿lo conoce?
-¡Claro! Enseguida vamos.
Tiro el cigarro por la ventanilla y pisó el acelerador.
-Son 17 euros
-Toma,Gracias. Hasta otra
-¡Adiós!
Llegamos cinco minutos tarde a pesar de lo rápido que iba aquel hombre,pero el tráfico de aquella mañana era muy intenso.

-Hei Nico ¿qué tal tu finde?
Me quede callada sin responder,me pensé si decirle toda laverdad o no. "Mi finde pues,verás mis padres creo que se van a divorciar y mi madre esta fatal. Nos hand dejado en casa de una tia a la que ni siquiera conozco por no se cuanto tiemp." Pensé.
-Bastante bien ¿y el tuyo?
-Génial fui a la playa. ¿Oye quedamos hoy para ir al centro no?
-Vale.
Comenzamos a hablar en medio de la clase,noté que la profesora "Fundeli" los estaba mirando y enseguida paré y me puse a ver lo que estaba explicando. En la pizarra había millones de anotaciones y la gente estaba abducida mirandola observando todos sus movimientos.
Tiene una uña rota,la falda demasiado corta y esos tacones tan bajos no me gustan mucho. Su pelo estaba recogido con un moño alto tapado por una fina redecilla blanca ¡eso ya no se lleva!
Pesé. Me encantaba fijarme en todos los detalles de las profesoras, las pobres eran unas viejas amargadas que no tenían nada interesante en sus vidas y la mayoria de ellas estaban vuidas o solteras.

Las clases se me hicieron largas y agotadoras. Odia el colegio, sobre todo segundo de bachilletato. Además este años tenia que estudiar la selectividad me esperaba.

Sophie estaba en la salida, nos fuimos en autobús al centro. Las calles estaban alvorotadas,había muchisima gente en las tiendas no se cabía y todos los bares estaba colapsados. Acabamos comiendo un bocadillo en el "Corte inglés" que era el unico sitio donde se podia comer más tranquila aunque nos costó un poco más caro.
Nos lo pasamos génial estuvimos dando vueltas hablando de con quién nos ibamos a casar. Todo con Sophie se me hacia más divertido,ella era la única persona que siempre me ayudaba en todo. No puedo entender porque no soy capz de contarle todo lo que me está pasando,después de todo me intentará ayudar.
¿Por qué tengo que ser tan sumamente cabezota?

Un BMW azul oscuro nos pitó fuimos corriendo hacia la ventanilla, era Jonh un niño moreno con los ojos marrones muy corrientillo algo "pijo". Nos invito a su fiesta del viernes.

lunes, 5 de abril de 2010

Capitulo 5



Lagrimas en los ojos traje de chaqueta y pantalón gris oscuro,el rimel corrido,unos tacanes bastante altos un rostros triste.Mamá estaba frente a la puerta. Las dos dejamos de miranos sin habla le dimos un abrazo, no tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando,tampoco me apetecía saberlo en eso momento tan sólo quería sentir a mi madre,a aquella persona que me había formado,que estaba ahí siempre de forma incondicional y que últimamente veía tan distante y con ese rostro tan triste y carente de color.
Catherine soltó a mamá y se decidió a preguntarle.
-Mamá ¿Qué esta pasando?
Dijo con una voz un poco baja y no muy atrevida, mamá no quiso contestarnos se limitó a cambiar de conversación.
-Chicas hoy ireis a dormir a casa de tia Luci.
-¿Por qué? Mamá tengo mucho que estudiar.-Dijo Catherine reprochando.
-¡Anda dejate de tonterías! Ir a hacer las maletas y meteros en el coche.

No daba crédito a lo que estaba pasando en ese momento,mamá esta totalmente rara,como si fuera otra persona,una dictadora del ejercito que no tenía sentimientos ni compasión,no quise insistirle más porque supe que me caería un tremendo castigo. Fui a mi habitación, puse la radio.
Levi´s claros,oscuros,pantalones naranjas,cazadoras,los tacones,las converse...
Fui metiendo la ropa desordenadamente.La maleta ya estaba lista.

Una casa vieja,con dos gatos y dos conejos sueltos revoloteando por ella,una mujer canosa con una impecable falda roja hasta los tobillos y una camiseta blanca de media manga leyendo en el fondo de una gran sala. Supongo que esa será mi tia.
Jamás habia mantenido una relación con ella,no entendía nada ¿no era ya lo suficiente grandecita para quedarme en casa?¡Tengo 17 años no 3!
-¡Nicole, Catherine! ¡Caramba que grande estan ya mis dos mujercitas!
Nos abrazó sin dejarnos apenas convivir y prontó dedujé que mi estancia con esa señora a la tenía que llamar "tia" iban a ser infernales.
Mamá nos dio un beso y se fue sin dar explicaciones sin decirnos el tiempo que íbamos a permanecer allí sin especificar nada sin decir más que una palabra "Adiós". Un adiós frio.

Luci solo leía y nos dijo que la casa era nuestra,mi hermana y yo decidimos salir a tomar algo, en aquella casa tan sólo había zanahorias crudas y restos de ensalada con algunos trocitos moho.
Fuimos al "Burguer Kind" Tomamos una hamburguesa, no nos dijimos ni una sola palabra.
Ahí estaba Bob,con su panda de gamberros,lo que no podía creerme esque se acercó a Catherine le dijo "Hola", yo no pude evitar girarme hacia él y quedarme enbobada mirando sus encantadores ojos verdes.

domingo, 4 de abril de 2010

Capitulo 4.



Aparqué la Vespa en el garaje y abrí el portal,subi la escaleras y entré en casa. Las luces estaban apagadas. No había signos de vida. Entré en la habitación de mamá,estaba ahí dormida con lagrimas en los ojos,me apoyé en el filo de la cama y la besé en la mejilla, a mí también se me saltaron las lágrimas.

En el pasillo estaba andando Catherine y decidí preguntarle si conocia a Bob

-Ca ¿se puede saber, que hay entre Bob y tú?
-Nada,yo no conozco a ese gamberro
-Mira conmigo no te hagas la tonta ¿eh?

Ella no me contestó y se fue directamente a su habitación cerrando la puerta con pestillo,yo me fui al salón a ver la tele. Pasé horas cambiando de canales,no había nada interesante, apagué la tele y encendí el ordenador. Me metí en tuenti comencé a chatear con Felip un amigo de clase, mantuvimos una conversación divertida. En realidad nada de lo que decia me interesaba sabía que él estaba coladito por Sophie y su único interes conmigo era hacer que quedaran para una cita.

Me quede dormida en el sillón con el helado de chocolate a medio terminar y tirado en el suelo, con los shorts vaqueros y el sujetador.

-¡Nico cariño! ¡Despierta!¡ Tápate un poquito!
-Mamá cinco minutos más..
Dije aún dormida.

Cuando me desperté mamá ya no estaba en casa,Cate seguía dormida. La casa estaba bacía,noté que faltaba algo últimamente no había mucho tema de conversación entre nosotras tres,las cosas en casa estaban cambiando mucho,demasiado.

Sonó el timbre fui corriendo a abrir.
Un hombre extraño de pelo negro,traje de chaqueta gris,ojos relucientes de color verde y unos mocasines relucientes,estaba destrás de la puerta.
-Hola ,¿está la Señora de Yonson?
¡Mierda! Fui cociente,estaba en sujetador,se me puso la cara roja.
-No no esta, ha salido.
Y cerre la puerta con un fuerte portazo.
Fui a mi habitación me puse una camiseta y unas converse y volví a abrir la puerta,el hombre esta ahí quieto como una piedra,por un momento pensé que se había muerto.
-¿Cuándo volverá?
-Ni idea. ¿Quién es usted?¿Qué quiere de mi madre?
Dije sin pensar.
-Soy abogado,me envía el señor Yonson.
Mis ideas se volvieron confusas ¿que había echo mamá?. No entendia nada.¿Se irian a divorciar?

Aquel hombre me dio una tarjetilla con su numero de telefono y su nombre la deje encima de la mesa de la entrada y me fui a ver si Cate estaba despierta.
-¡Nicole! ¿Quién coño era ese tio?
-Un abogado que envía papá
-¿Para qué? ¿Papá no estaba de viaje de negocios?
-No hay te equivocas,de viaje con su secretaria.

Se me escapó. Las dos permanecimos en silencio mirandonos la una a la otra y de pronto entró mamá en casa.

Capitulo 3

A la mañana siguinte Papá dijo que se tenía que ir de viaje de negocios.¿De viaje de negocios o de viaje con su secretaria?
Ya me había pasado toda la noche despierta pensando en lo que había visto el día anterios y decidí olvidar más o menos el tema.
Era sábado Catherine había ido a dormir a casa de una de sus repeletentes amihas intelectuales. Yo había quedado con Sophie para ir al cine y luego dar una vuetecita.
Eran las 12:00 no sabía que ponerme,últimamente estaba descuidando mi entusiasmado plan bikini y todo me hacia terriblemente gorda,sobretodo después de haber desayunado dos paquetes de "Chips Ahoy" y dos cola-caos. Finalmente decidí coger los shorts baqueros que colgaban de la lámpara de mi habitación,me puse unas converse y la primera sudadera que cogí del cajón,era una Levi´s azul. Me pinté una suave raya negra en los ojos y cogí las llaves de mi Vespa y me dirigí hacia la puerta.
Mi madre estaba completamente sola leyendo un libro "El tiempo entre costuras,de María Dueñas" Leí en la portada. A mi madre siempre le gustaban los libros aburridos,a mí claramente esque no me gustaba leer únicamente me había leido los libros obligada por el colegio y dos románticos que me llamaron mucho la atención en la biblioteca.
-Cariño,papá no va a volver hasta el martes. ¿No ves raro que se vaya tanto tiempo y además un Sábado?
En efecto que lo veía raro,papá jamás se habia ido de "viaje de negocios" . Por un momento se me pasó por la cabeza decirle lo que sabía pero preferí callarme.
-No sé mamá. Quizás si que sea un poco raro.
-Nicole,no llegues mas tarde de las onze por favor.
-Vale mamá,pero solo hoy y por qué no está papá.
Le di un abrazo y un beso y sali por la puerta como una moto,bajé las escaleras rápidamente y saqué mi Vespa del garaje.
Me coloqué mi iPod y comencé a tarareae la letra de una canción.
Sonaba "It´s the party in the USA de Miley Cyrus"
No estaba mirando hacia el frente y de repente algo se chocó contra mi.
-Ehh Rubia ¿eres la hermana de Catherine?
Me quité los cascos y dirigí mi vista hacia la moto que me había golpeado no me lo podía creer estaba totalmente alucinando,tanto que por poco me caigo. ¡ERA BOB!
-¡Sí! ¿por qué?
Pero ya se había ido y no me respondió,¿de qué coño conocia mi futuro marido a mi intelectual quinceañera hermana?

-Hola,Sophi
-Hey Nico
Estabamos en la puerta del cine,las estradas ya las había comprado Sophie,como yo me lo imaginaba,nunca me dejaba elegir a mí la pelicula. Siempre era ella la que tenía que hacerlo.
Sophie iba vestida con una atrevida falda blanca y una sudadera de "London". Su pelo castaño relucia al sol,sus ojos verdes brillaban.
-Tia,¿qué peli vamos a ver?
-Querido Jonh,si no te justa de joder a ver llegado a la hora
-¡Pero si solo he llegado diez minutos tarde!

Nos adentramos en el cine buscando la puñetera sala quince que no encontrabamos,finalmente la vimos era la última sala,estaba escondida tras una columna y el letrero en el que ponía quince esta torcido.
No eche cuenta a la pelicula como era de costumbre en mí y me pase toda la hora dandole vueltas a como mi amor sabia el nombre de mi hernamita. ¡Imposible!
También en mi cabeza divulgaban otros pensamientos como que estaba haciendo papá en ese momento,por un momento pensé que podría estar haciendo el ya sabeis que con su secretaria. Al imáginarmelos me entraron arcadas y se me cayeron las palomitas al suelo,volví a mi otro pensamient

Capitulo 2

-¡Nico,nicoletta!
-¡Nico despierta por favor,dime que estas bien!

Mis ojos se comenzaron a abrir lentamente fui reconociendo los rostros infinitamente preocupados de todo mis compañeros,enseguida me puse en pie.
-Por fin,¿qué te ha pasado?
-No sé no recuerdo nada.
Mentí a Sophie,en realidad me acordaba perfectamente de todo,sabía que habia visto a mi padre morreandose descaradamente con su secretaria,no tenía ninguna duda de que era él y que la otra era ella.

-Nicole,vamos a comer ¿vale?
Negué con la cabeza y dije un simple adiós,me colgué la mochila y me fui andando hacia mi casa,lagrimas caían de mis ojos mi cara se estaba poniendo roja,ahora no sabía que hacer,mi sonrisa cautivadora mis aspectos de superioridad mis pensamientos hacerca de historias románticas con Bob desaparecieron me sentía peor que nunca,nunca en la vida hubiese creido capaz a mi padre de hacer semejante cosa.
Entre en al autobús y estaba Bob sentado en un asiento junto a otra chica que no dejaba de atosigarlo mientras él intentaba quitarsela de encima y mirando hacia el otro lado de la ventana. La chica era Elisa una chica alta morena bastante delgatida y con pecas por toda la cara.
Mis pensamientos no estaban centrados en Bob y en Elisa en ese momento ahora esta abducida pensando en qué iba a decir ahora a mamá,¿debía decirselo?¿debía contarle todo?O quizás haya sido un simple beso,quizás ella le había obligado y él verdaderamente no quería ,quizás estaba preocupandome demasiado por un simple beso. Pero no podía evitarlo,no podía dejar de pensar en él tema.
Abrí la puerta de casa y los vi allí a los dos sentados en el sofá viendo otro capítulo de su seria favorita "Sexo en Nueva York"
Máma al verme me dio un beso y me hizo las típicas preguntas de siempre qué como me había ido,que qué habia echo..etc
Mi madre no era una ecepción,sí yo quería mucho a mi madre pero inevitablemente tenía que decir que era un poco plasta.¿Un poco?¡Qué digo! ¡Demasido! Y eso se queda corto.
Yo nunca había mantenido una buena relación con mi padre casi nunca hablabamos,y siempre estaba viendo la tele o trabajando
Aquella noche nadie habló durante la cena había un silencio que no era normal,pensé que era porque Catherine no estaba. Pero aún asi me pareció bastante raro.
El cerdo cretino no se arrepiente ¿debo decir algo?¿debía contarlo? Mi conciencia no me dejaba tranquila,pero en aquellos momentos no sabía que hacer.
-Papa ¿te ha ido bien el trabajo?
Él me miro fijamente pero no me respondió,siguio comiendo.