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domingo, 9 de mayo de 2010

Capitulo 26



Hace dos semanas que no los volví a ver. Justo desde aquel día en el que él, mi chico de las Ray-Ban o mejor dicho el cabrón de las Ray-Ban me sacó la lengua por la ventana haciéndome creer que yo estaba alucinando. Mi cumpleaños era mañana. Estaba algo nerviosa aunque no del todo. Ya tenía el local reservado y mi traje largo de color crema también. Podríamos decir que llevaba todo bajo control. Esta mañana había repartido todas las invitaciones en clase y ahora mismo estaba llamando a familiares para invitarles.
Había cogido la agenda de mamá y los estaba llamando a todos uno por uno. La mayoría estaban en Madrid como era de esperar. Unos me decían que si que vendrían que en el Ave se tardaba relativamente poco pero otros ponían mil excusas. Había algunos que ni se acordaban de quién era "Nicole" yo me reía y les explicaba toda la película familiar entonces ellos fingían un "¡Ah si ya lo recuerdo! pero decían que tenían cosas que hacer.
A mi me daba exactamente igual, sabía que ya tenía muchísimas gente. Justo cuando llegue al número de mi padre estuve un rato pensando en que si lo llamaba o no. Pero él se adelantó, sonó el teléfono y era él.
-Nicole cariño mañana es tu cumpleaños, por lo menos tendré que ir a verte. ¿Vas a hacer algo?.
Aquella frase que no entendí muy bien. Le conté todo lo de la fiesta y por supuesto le invité pero no le conté nada a mamá.
El día estaba siendo agotador había perdido la cuenta de con cuantas personas había hablado aquella tarde.

Mamá estaba aún más nerviosa que yo. En realidad es lo típico No sabía que ponerse, quería que todo saliera genial, me estaba poniendo realmente de los nervios.

-Mamá tranquilízate un poco, que esta todo bajo control.

-Mañana a las doce peluquería y ahora a las nueve tenemos la cito con los del catering.
-Ya mamá no soy tan tonta como para olvidar cosas así. Para un poco y siéntate.

-¿Cómo que me siente? ahora tengo que ir a comprarme un vestido o algo que ponerme, que con todo este lío no tengo nada.
-Bueno pues venga voy contigo.

Mamá subió a ponerse unos zapatos y algo con lo que poder salir a la calle, cogió el bolso, se pintó los labios. Abrió la puerta y nos subimos en el coche.

Íbamos a almacenes London, una tienda para señoras de su edad. La ropa era algo antigua pero estaba bien, para mi madre la veía estupenda. Lo que pasa es que a ella no le gustaba demasiado la ropa y siempre se lo quería quitar del medio.

Entramos en aquella tienda. Había muchísima gente, nos adentramos entre la multitud y comenzamos a mirar todas las perchas y los apartados.

-Mamá mira este vestido es perfecto.

-¿No es demasiado atrevido?

-No pruébatelo.

Entró en el probador. Le quedaba genial, justo como yo pensaba.

-¿Pero no es demasiado caro?

-Mamá pero el vestido te puede servir para más cosas.

-No sé yo.

-Llévatelo y no hables más.

-Me lo llevo porque lo dices tú.

Siempre tan indecisa, tan insegura de si misma.

Estaba reventada entre una cosa y otra no había parado en todo el día.
Me tiré en el sofá y empecé a ver la televisión.

Algo no me dejaba estar tranquila y no era que mañana tenía mi puesta de largo.
Melisa y Jonh habían desaparecido, llevaban dos semanas sin venir a clase y por lo que preguntaba a la gente nadie sabía nada de ellos.

Tampoco sabía como decirle a mamá que había invitado a papá.

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