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lunes, 7 de junio de 2010

Capitulo 39.

Sus giros y vueltas eran absurdas. Me senté en la tierra algo húmeda, era consciente de que me ensuciaría los pantalones, pero me moría del cansancio. Él no cesaba.
-Puedes parar ya joder ¿qué coño busca?-me salió así aquella frase, luego al mirarlo repentinamente a lo ojos me arrepentí de haber dicho aquello pero me quede callada mirándolo.
-Yo juraría que estaba por aquí…-dijo no muy seguro
-Pero ¿el qué?-dije algo mas sosegada.
Como yo sentía él no me contesto. Se quitó el chaleco y comenzó a andar hacia delante. Buscando entre los árboles algún secreto escondido, algo que sin duda alguna yo estaba deseando conocer. Tenía sueño.

-¡Aquí está! ¡No te muevas!-gritó mientras corría hacia mí, no me dio tiempo a levantarme del suelo cuando lo encontré frente a frente conmigo. Me puso su sudadera amarrada en los ojos y me cogió en brazos.

-¡Suéltame..!
El miedo, la inseguridad de aquel momento y él no saber lo que iba a pasar cinco minutos más tarde pudieron conmigo. Comencé a dar patadas, a chillar una y mil veces. Luego cuando me soltó, cuando me quitó su chaleco, cuando contemple el mar y una pequeña cabaña llena de pétalos de rosa, cuando vi aquello, mis cinco sentidos quedaron paralizados y ni yo misma sabré expresar nunca como me siento en este momento, en este preciso instante.
Lo miré fijamente y no sabía que decir, no sabía que se dice en aquellos momentos, nunca me había pasado. Creía que me iba a raptar, que me mataría, que iba a ser un chulo, que nunca iba a ser como yo me lo imaginaba, que él no era quién yo pensaba, que todo era un lió una confusión dentro de mi cabeza.
Él me seguía mirando con aquella miranda, mirada de la que nunca, como ya puedes comprobar, vas a saber lo que te espera.
Pero bueno, es mejor así. Es mejor, no preparar un dialogo, si no que salga solo, no preparar la cita, si no que surja sobre la marcha, no elegir al príncipe de tus sueños, si no que el tiempo te lo traiga, no elegir el lugar, si no que el futuro te lo ponga delante de tus narices. Así es la vida. No sabes nunca lo que te va a pasar, ni con quién.

-¿Y bien? ¿Vas a seguir callada toda la noche?-me preguntó.

-No,tonto...

-Encima me llamas tonto. Pero que mal educada que eres.

-No empieces por favor, que la cosa iba estupendamente hasta ahora.

-¿Qué empiece? Pero si aquí la única que ha empezado eres tú.

Me dio un beso. Luego me tiro a la cabaña, me hizo cosquillas en el cuello y comenzó a besarme por todas partes.

El cielo, la tierra, el mar, se convirtieron en uno. Todo era entupidamente perfecto, todo.

Como yo decía nunca planifiques tu futuro, jamás quieras saber lo que te espera.

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