lunes, 19 de abril de 2010
Capitulo 18
Me encontraba en la cocina. Catherine se había ido a la cama, estaba cansada. Mamá aún no había llegado. ¿Qué estaría haciendo? ¿Qué era más importante que la salud de su propia hija? ¿Qué demonios le estaba pasando? Mil preguntas todas ellas sin solución llenaban mi cabeza. ¡A Joderse!
Cuatro y cuarto de la noche, tumbada en la cama. Dando vueltas. No podía dormir. Bajé al salón y me tiré en el sofá. Intentando no hacer mucho ruido encendí la televisión, bajé el volumen. Capítulos antiguos de Sexo en Nueva York, me traía recuerdos. El pasado diciembre vi ese mismo capítulo en los brazos de mis padres. Éramos una familia completa. Todo era distinto, lo añoraba.
Una lágrima cayó por mi mejilla. Apagué la televisión.
Cerré los ojos. Verano de hace seis años, mamá me tocaba el pelo mientras Catherine me pasaba un pelota. Ella se reía. Mamá y papá se bebían un Coca-cola Light a medias mientras sonreían. Oía la brisa del mar. Una familia, recuerdos de una infancia estupenda, feliz. Pero ahora todo era tan distinto las cosas habían cambiado, tanto quizás demasiado. Demasiado en tan poco tiempo.
Me abracé a un cojín y me quede un rato pensando. Miles de lágrimas resbalaban por mis mejillas, mis ojos enrojecieron.
El cerrojo de la puerta comenzó a moverse se oía la conversación entre “él” y mi madre.
-Amorcito, ha sido estupendo.
-Y lo que queda. ¿Pasaras verdad?
-Grrr..
Me escondí tras el sofá, quería ver lo que sucedía. No quería que luego mamá me contara una de sus absurdas y surrealistas mentiras.
La puerta se abrió mamá pasó primero, el la siguió. Le abrazó, le desabrochó la blusa. Le dio un beso fuerte, apasionado. Como los que yo sueño, como los besos de películas que cualquier adolescente normal desearía. Subieron las escaleras, no se oían ruidos. Fui tras ellos, me quedé en la puerta de mi habitación mirando como continuaba esta hermosa película.
En la puerta de su dormitorio, la estampó contra la pared. La volvió a besar. Cerraron la puerta. Hice lo mismo.
Mamá ni siquiera había venido a darnos un beso. A ver a Catherine.
No quería saber que iba a ocurrir entre ellos dos porque ya lo intuía.
Me metí en la capa me tapé con las sábanas y me quede dormida.
Cara nueva reluciente mamá sonreía mientras preparaba el desayuno. Él ya no estaba.
-¿Cómo esta Catherine?- se hizo la interesada.
- ¿Qué cómo está? Pues mira tu hija ayer pasó toda la tarde en un hospital Nada grave, menos mal. Pero tú ni siquiera te dignaste a aparecer por aquí hasta las cuatro de la mañana. Y no me pongas excusas mamá. Francis iba contigo.
Le grité le levanté la voz. Catherine bajó. Cogió un cuenco y se echó cereales. No le dirigió la palabra a mi mamá. Yo también permanecí callada.
Sonó el teléfono.
-Nicole ¿vamos al cine?
-Vale
-A las dos en la puerta.
-De acuerdo.
-Un beso, adiós.
Samanta, se mostró muy simpática me estaba cayendo bien.
Colgué el teléfono, fui a mi cuarto.
Estaba más tranquila deje las preocupaciones por un momento y decidí relajarme. Olvidar todo lo que se estaba viviendo en esta casa y se una niña normal.
Abrí con fuerza la puerta del armario. Cogí unos pitillos blancos y una camiseta Levi´s. Me puse las converse rojas y agarré las llaves de la Vespa. Salí de casa.
-Adiós Catherine.
Dije mirando a mi madre, su cara había cambiado ahora estaba seria.
Me deje llevar por el viento de aquella mañana. Hacía frío, quería sentirlo.
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Me gusta!(:
ResponderEliminarTe sigo vale?
Aqui te dejo mi blog por si qieres echarle un vistazo(: www.herecomesthestoryofthehurricane.blogspot.com
1beso